¡Cómo me gusta ver la entrada de una novia o una quinceañera a la fiesta!
Todos los que asistimos estamos súper atentos, queremos verlas de cerca y que ella nos vea… y si es posible que nos salude. Si eso pasa nos ponemos re felices y le decimos cosas en vos alta como: ¡te ves relinda! ¡estas super! ¡es genial tu vestido!
Estuve en un cumpleaños de15 de una amiga y fue súper, se apagaron las luces y solo iluminaban unas pocas luces de colores. Había cuatro personas que tenían en la mano serpentinas y las hicieron explotar cuando ella paso por una alfombra blanca… ¡qué lindo fue! Además, sobre esa alfombra tiraron pétalos de rosas blancas y quedó súper lindo.
Cualquier “entrada especial” es linda, quiero decir, cuando en el cole entra la bandera, cuando un bebe llega a su casa recién nacido o cuando llegas primero a una fiesta… sobre todo si la llegada está muy bien prepara.
Esto me lleva a recordar la entrada que hizo Jesús a Jerusalén. ¿Te acordás la historia?
Después de enseñar con parábolas, hacer milagros, alimentar a muchas personas, tenía que ir a la ciudad y les dió a dos de sus discípulos un encargo muy especial, un pedido detallado.
“Vayan a la aldea que tienen enfrente. Tan pronto como entren en ella, encontraran atado un burrito, en el que nunca se ha montado nadie. Desmantelo y tráiganlo acá. Y si alguien les dice. ¿por qué hacen eso?, díganle. El Señor lo necesita, y en seguida lo devolverá”. Los discípulos fueron al pueblo. Allí encontraron un burro atado en la calle, y lo desataron. Algunas personas que estaban por allí les preguntaron: «¿Qué están haciendo? ¿Por qué desatan al burro?»
Los discípulos contestaron lo que Jesús les había dicho. Y entonces aquéllos los dejaron ir. Luego pusieron sus mantos sobre el burro, lo llevaron a donde estaba Jesús, y Jesús se montó sobre él.
Ellos llevaron a ese burrito, le pusieron una manta encima y sobre ese burrito se subió Jesús, las personas que estaban en esa ciudad comenzaron a gritarle cosas muy lindas como a un Rey. Cortaban ramas de los arboles que estaban cercas, esos árboles eran de olivo (aceituna) esas ramas las tiraban en el piso para que el burrito no camine sobre la tierra. Muchos querían tocar a Jesús porque todas las personas estaban tan felices que comenzaron a gritarle ¡Hosanna, hosanna Bendito el que viene en el nombre del Señor! Marcos 11:1-11. (Hosanna quiere decir: sálvanos, o vos podés salvarnos.)
¡Sí! Eso fue muy emocionante. ¿Te imaginas estar junto a esas personas, gritar con alegría, emoción y amor al mejor de los Amigos?
Y… sí, ese tiempo ya paso, pero vos y yo podemos este próximo domingo gritar todos juntos en la iglesia.
Tenemos la libertad de gritarle a nuestro Gran Amigo ¡HOSANNA!
Manifestar con nuestro canto y alegría, darle a Jesús toda la honra, y la gloria. Expresarle que creemos en El que es el Hijo de Dios.
Preparemos juntos una fiesta para honrar a Jesús. Celebremos como cuando una novia entra a la fiesta. Podemos saltar, bailar y gritar que JESUS ES EL MEJOR.
Que haga una entrada triunfal en nuestro interior y festejar que vino a la tierra para salvar ayudarnos siempre.
Jesús se merece una super fiesta. ¿Nos ponemos de acuerdo y gritemos HOSANNA?