Qué afortunado es el que teme al SEÑOR y le gusta mucho hacer lo que él manda.
Salmo 112
Recuerdo hace unos años mi papa se había comprado un perfume nuevo. Era de una fragancia especial, y duradera, un perfume súper lindo.
Cuando yo dejaba a mi bebe en su casa y después la iba a buscar, al alzarla a upa sabía si había estado o no con mi papa porque se le impregnaba su perfume… y además no se le iba por un largo rato.
Estos días recordaba los últimos devos que leí sobre el ayuno y el ser agradecidos. Esas acciones están buenísimas y podemos practicarlas toooodo el tiempo.
Agradecerle a Jesús porque nos ama y es nuestro amigo podemos hacerlo todos los días en esos momentos donde nos “encontramos” solos y hablamos con Jesús son especiales, íntimos, como hablar con nuestros amigos en secreto.
Puede pasarnos que sintamos como que algo nos traspasa y ese tiempo se queda con nosotros, como el perfume de mi papa se quedaba impregnado en mi hija y no hacía falta que nadie me diga si mi papa había estado con ella.
Despues de leer la Biblia y orar, cuando termina ese momento, nos vamos a hacer otras cosas pero nos damos cuenta que ya no tenemos muchas ganas de hacer ciertas cosas, y aunque nos cueste ese día no decimos mentiras, no peleamos tanto, ni tenemos ganas de quedarnos con algo que no nos pertenece. Sabemos que eso no está bueno y Jesús no lo hubiera hecho nunca.
Desde que decidí ser amiga de Jesús supe que Él me ama de una manera que nadie más me ama y quiere ser mi amigo siempre. No importa como me porte, siempre el me va a amar, pero de todas formas yo quiero intentar hacer las cosas bien, poner todo de mi parte.
¿Podes identificar cuales son esas cosas que no están buenas hacer? Creo que todos sabemos que es bueno y que está mal, el lío es elegir siempre hacer lo bueno.
Te propongo que vos en tu casa y yo en la mía oremos para que Jesús nos ayude a siempre haver lo mejor. Sería com ser nosotros mismos el mejor perfume para Jesús.
Nos vemos este domingo en Pekes