Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Den gracias a Dios siempre, porque eso es lo que él quiere para ustedes en Jesucristo.
Tesalonicenses 5:16-18 (PDT)
Yasmín, fue a la iglesia desde muy chiquita y en su casa siempre oraban. Alguien daba gracias a Jesús por la comida en el almuerzo, otro se ofrecía para hacerlo en la cena. Y cuando visitaban a su abuela ella también le daba gracias a Dios por sus nietos… ¡ella se ponía feliz!
Yaz no sabía bien cómo orar, al principio cuando cerraba sus ojos sentía como una vergüenza, las palabras no le salían y le decía a su mama: ¡Mami mejor ora vos!
Ella sentía que sus palabras no alcanzaban, no eran suficientes para poder decir todo lo que quería, por eso pensaba que las palabras de los demás sonaban súper especiales, como importantes.
En la clase de la iglesia la Seño una vez le conto que los amigos de Jesús tampoco sabían muy bien como orar, asi que Él les enseño una oración “modelo” que se llama Padre Nuestro. Está en la Biblia, podes buscarla y leerla en el Evangelio de Mateo capítulo 6.
Yasmín varias veces cuando no sabía como orar leyó esa oración, pero había días que tenia ganas de orar y decir otras cosas.
Un día entro a la iglesia y vio un versículo de la Biblia escrito en grande que decía: “Nunca dejen de orar”, se quedo algo pensativa y al llegar a su casa preguntó: ¿Cómo podemos hacer para estar siempre orando? ¿Será que tengo que repetir el Padre Nuestro todo el tiempo? ¿Todo el tiempo con los ojos cerrados y las manos juntas?
Su mamá enseguida le recordó que ella y su amigo Tomás en el colegio no paraban de hablar en clase y que dos o tres veces al día la maestra les pedía que por favor paren de hablar. Y cuando volvés de la escuela, al rato, Tomas te manda audios larguísimos contando todo lo que hace en su casa… y vos no te quedás atrás. Ustedes sí hablan tooooodooo el tiempo.
Esta historia nos ayuda a entender que, como Yas, podemos hablar con Jesús como a un amigo… SÍ.. como ella lo hace con Tomi.
Jesús siempre está atento. Si bien podemos en algún momento del día cerrar los ojos, y estar solos en alguna parte de la casa para orar más tranquilos, pero también podemos hablar con Jesús cuando estamos camino al colegio, antes de dormirnos o haciendo cualquier otra cosa. ¿Sabes porqué? ¡Jesús nos escucha siempre!