Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo y se arrodilló delante de él.
—Maestro bueno —le preguntó—, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?
Ya sabes los mandamientos: “No lastimes a nadie, no robes, no digas cosas feas de los demás, no te quedes con lo que no es tuyo, respetá y obedece a tu padre y a tu madre”.
—Maestro —dijo el hombre—, todo eso lo he cumplido desde que era joven.
Jesús lo miró con amor y añadió: —Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
Marcos 10
-¡Hola! Buen día, otra vez nos encontramos a través de nuestros devocionales.
Que alegría me da saber que juntos podemos conocer cada día que Jesús es nuestro amigo y…. ¡mucho mas!
Recordás que en el devocional anterior te conté que cuando nosotros le decimos a Jesús: ¡Sí quiero ser amigo tuyo! Él se queda para siempre cerca. Pero eso no es todo…
También comparte con nosotros lo que Él es. ¡Wow! O sea, ser parecidos a Jeús en nuestra forma de comportarnos
Jesús es bueno, amoroso, alegre, pacífico, súper paciente, fiel, amable y buen amigo, y nos enseña y ayuda a que seamos iguales.
Él tenía paz aunque algunos no lo querían mucho, por eso quiere que nosotros tambíen tengamos paz y nos sintamos seguros.
¿Eso quiere decir que no voy a tener nunca un problema? ¿Cuándo hablo solo tengo que tener una voz más suave y ser más lento? ¡Nada de eso!
Recuerdo hace muchos años cuando era muy chica, hubo un problema en mi casa. Los adultos estaban nerviosos, la forma de hablar de ellos me asustaba, porque aunque yo estaba en mi pieza podía sentir que algo feo estaba pasando. Se escuchaban discusiones y yo estaba sola y hasta me dio miedito. Entonces en ese momento me acordé que en realidad no estaba sola por que Jesús estaba conmigo. Eso me hizo sentir aliviada, y aunque las cosas no estaban del todo bien, yo podía estar tranquila y segura porque Jesús estaba conmigo.
Muchas veces viví situaciones complicadas y no fue algo «magico». Jesús se encargo de mimarme siempre… muchas veces necesitaba un abrazo y algunas veces lo encontré en mi hermana mayor y otras en algunas personas que me abrazaron como si fueran Jesús.
Hay muchas historias en la Biblia que nos cuentan cómo Jesús trataba a la gente con amor, era paciente, y siempre trataba de ayudarlas y decirles que Dios los amaba.
Siempre… siempre estaba dispuesto a hacer cosas buenas por los demas. Le gustaba estar con sus amigos, visitarlos, ir a fiestas, y también visitaba a los enfermos, ayudarlos como me pasó a mí de chiquita.
O sea… con su propia vida nos enseñó que cada día podemos ser más parecidos a Él.
¿Te animás a buscar en la Bíblia con alguien de tu familia otras cualidades de Jesús?