En las manos de Jesús

Todos comieron y quedaron satisfechos. Y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas.

Lucas 9: 17 TLA

A veces es muy difícil dejar a otra persona que haga lo que nosotros hacemos. Tal vez porque pensamos que no lo va hacer como lo hacemos nosotros, creemos que no lo sabe hacer o porque puede tardar más tiempo del que nosotros tardamos.   Simplemente porque no sabemos que podemos contar con esa ayuda.

Capaz nos preocupamos porque vemos que es imposible cumplir con la tarea bien

No está mal que nos preocupemos, pero necesitamos saber con quién podemos contar.

Por eso hoy pienso en que cada vez que Jesús iba a algún lugar mucha, pero muchísima gente lo seguía y escuchaba con mucha atención los que decía y enseñaba, nadie se quería ir, así que pasaban horas hombres, mujeres y niños escuchaban las enseñanzas.

En la historia que hoy compartimos los discípulos estaban muy preocupados porque ya era muy tarde y había mucha distancia para ir a comprar algo para comer porque no tenían alimentos para todos… ni siquiera para ellos, y encima no tenían mucho dinero.  Ellos querían solucionar el problema sin pedir ayuda a Jesús. Pero Él que ve todo como siempre les dijo que tenían que hacer.

Había unos cinco mil hombres, mas muuuuuchas mujeres y más chicos.

Jesús ayudo a sus discípulos:

“Hagan que se sienten en grupos de cincuenta en cada grupo. Así lo hicieron los discípulos. Y se sentaron todos. Entonces Jesús tomo cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo los bendijo. Lugo los partidos y se los dio a los discípulos para que se los repartiera a la gente”.

Dice La Biblia que después que comieron todos, llenaron doce canastas de comida.

¡Guau eso es súper!

¡Algo increíble para todos!, pero no para Jesús.

Yo creo que los discípulos no querían molestar a Jesús con la comida sin saber que eso también era tarea de Jesús.

Los discípulos fueron obedientes y por sobre todo creyeron en Jesús sin saber lo que iba a pasar.

Y como siempre, si le pedís algo a Jesús; siempre para algo bueno.

Te animo a contarle todo a Jesús, desde lo mas simple hasta aquello que vos crees que es imposible… mira que para Jesús no hay imposibles.  

Solo tenés que:

1: tener FE

2: ser obediente y hacer lo que Él enseñó.

No es tan difícil, Jesús tiene un plan que diseño para vos y para mí.

Si vos crees que tu fe es débil, habla con tus papás, Abu, líder, profe, el pastor de tu iglesia, pedí ayuda, no te quedes sin recibir lo que Jesús tiene para vos.

Deja todo en las mejores manos.