“Tres cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor; y la mayor de las tres es el amor.”
1° Corintios 13:13 NTV
Falta una semana para el PekesFest. ¿Invitaste a un amigo/a?
¡Jesús tuvo amigos!
La Biblia cuenta en el evangelio de Juan, que la familia de Lázaro, María y Marta eran muy cercanos a él, y los visitaba en su casa y compartían momentos lindos y otros no tanto, pero siendo buenos amigos.
Para tener buenos amigos/as es importante ser un buen amigo/a
Hay que ser paciente, no ser celoso ni orgulloso y eso sólo se logra teniendo a Jesús como amigo.
Te cuento la historia de Gonzalo para conocer a un buen amigo:
Gonza es el menor de la familia, algo que no le gusta para nada. Tiene cuatro hermanos varones más grandes que él y juegan muy bien al fútbol, siempre tienen campeonatos y vienen amigos de ellos a su casa, practican pases, etc.
Él ama el futbol y siempre espera con muchas ganas que lo incluyan en los partidos de práctica o campeonatos, pero lo hace en silencio… y no dice nada.
A veces se pone triste cuando no lo convocan, pero entonces vienen sus amigos y juegan a la play o hacen unos pases con la pelota. Hasta arman arcos con los pulóveres y dibujan una cancha con tiza en el piso de su casa. Entonces arman el equipo y juegan entre cuatro, cinco amigos.
Los hermanos de Gonza están tomando nota de sus progresos al verlo en su casa jugar y ¡hoy lo invitaron a la práctica al club ¡Está feliz!
Es más, uno de sus hermanos le dijo: – Estás jugado muy bien como para venir a jugar con nosotros. ¡Pasaste la prueba! ¡Fuiste paciente! Nunca te quejaste ni nos molestaste, se ve que vas a ser un gran compañero de equipo.
Esta pequeña historia nos ayuda a pensar en saber disfrutar cuando estamos con amigos, hermanos, o compañeros del cole con una actitud correcta. No buscar pelea y sobre todo hablarles del mejor amigo que vos y yo tenemos y se llama Jesús.
Te propongo que esta semana oremos mucho por nuestros amigos, y los invitemos para ir juntos el sábado a la fiesta de PeKEs…. Va a estar buenísima.
Podés orar con tu familia, diciendo el nombre de algunos de tus amigos/as y después hablarles de Jesús con mucho amor.
Todo lo que decimos en oración delante de Jesús, Él lo escucha. Y está feliz porque amas a tus amigos/as, como Él lo hace… ¡con todo!