Hijos, obedezcan a sus padres. Ustedes son de Cristo, y eso es lo que les corresponde hacer. El primer mandamiento que va acompañado de una promesa es el siguiente: «Obedezcan y cuiden a su padre y a su madre. Así les irá bien, y podrán vivir muchos años en la tierra.»
Efesios 6: 1- 3 TLA
Alguna vez te paso que tus papis o la seño de la escuela, o en la clase de la iglesia te dieron una orden y vos ¿hiciste todo lo contrario? A mí si me pasó.
Mi mamá me dio unas instrucciones para hacer una torta y yo hice lo que a mí me parecía, seguí mis propias instrucciones y como te podés imaginar, me quedó un desastre. Me dio mucha vergüenza porque mi mamá me dejó todo bien ordenado paso a paso y lo hizo pensando en mí, para que sea fácil y me quede bien.
Me sentí muy mal, y obviamente asumí mi error.
Después también me di cuenta que hice todo lo contrario a lo que la Biblia nos enseña. Capáz vos también lo sabes porque te lo enseñaron en la iglesia o en tu casa… ¡Hay que obedecer! Y no hacerlo es tomar una muy mala decisión.
Las primeras personas que tomaron una mala decisión fueron Adán y Eva, ellos hablaban con Dios todos los días, lo escuchaban atentamente, pero al momento de elegir no lo hicieron correctamente.
La Biblia nos dice que cuando ellos se dieron cuenta de su error se escondieron, tuvieron vergüenza de presentarse ante Dios. ¿Sabés porqué?
La desobediencia está mal y se llama pecado, que como cualquier otro no aleja de Dios, porque cuando nos damos cuenta nos escondemos, nos alejamos de los demás, estamos tristes, ni siquiera témenos deseos de cantar.
Pero como tenemos a un Dios lleno de amor, siempre tenemos la oportunidad de acercarnos.
El primer paso y muy importante es cuando reconocemos que hicimos las cosas mal, el segundo asumir toda la responsabilidad, el tercero es pedir perdón a Dios y a quien desobedecimos, pero de corazón, eso significa que estamos arrepentidos de nuestros hechos.
Dios nos da muchas instrucciones, como mi mamá me dejó para hacer la torta, y así hacer las cosas correctas. Nosotros tenemos que saber escuchar, pensar antes de actuar o tomar alguna decisión, estar atentos al consejo que Dios nos da, no creernos que la sabemos todo, siempre hay algo nuevo que debemos aprender.