¿Qué estás dispuesto a hacer por tus amigos?
¿Alguna vez te pusiste a pensar qué te gustaría que ellos hicieran por vos?

Sí, ya sé que falta un montón para el Día del Amigo, que en todo el mundo se celebra el 20 de julio. ¡Pero está bueno pensar en los amigos siempre, más allá de ese día! Así que hoy reflexionemos juntos: ¿Qué estamos dispuestos a hacer por ellos y qué nos gustaría que ellos hicieran por nosotros?

Pensando en estas preguntas, quiero contarte una historia de la Biblia que nos ayuda a entender un poco más sobre la amistad. Si tenés una Biblia cerca, buscá en el Nuevo Testamento, en el libro de Lucas, capítulo 5, versículos 17 al 26.

La Biblia nos cuenta que un día Jesús estaba enseñando en una casa. No era muy grande, así que pronto se llenó de gente. No cabía ni una persona más, nadie podía entrar. Todos los vecinos querían acercarse a escuchar a Jesús, conocerlo y aprender de Él.

La casa estaba tan llena que no entraba ni un alfiler. Pero, de repente, se empezó a escuchar un ruido extraño: ¡alguien estaba rompiendo el techo! ¿Sabés por qué?

Resulta que un grupo de amigos llevaba a uno de ellos, que era paralítico, porque querían que conociera a Jesús y fuera sanado. Sabían que Jesús podía hacer milagros, así que decidieron llevarlo. Pero, como la casa estaba llena de gente y no podían entrar, se les ocurrió una idea: ¡rompieron el techo! Lo bajaron por ahí con mucho cuidado y, de esa forma, lograron llevar a su amigo hasta Jesús. ¡Qué valientes, ¿no?!

Imaginá todo lo que hicieron por él. Lo llevaron en una camilla por las calles, subieron una escalera súper angosta, rompieron el techo y lo bajaron con mucho cuidado. ¡Qué gran esfuerzo! Y todo por amor, todo para que Jesús pudiera hacer un milagro y sanarlo.

Ahora te pregunto: ¿vos qué estarías dispuesto a hacer por tus amigos?

A veces podés darles un regalo, pero también hay otras formas de demostrarles tu amistad. Orar por ellos, acompañarlos en los momentos difíciles, ayudarlos cuando tienen miedo o si necesitan una mano con la tarea… eso también es muy valioso.

Hoy pensamos en el valor de la amistad y en cómo podemos imitar a esos amigos de la historia bíblica, dispuestos a hacer todo lo posible por ayudar.

Piensen en familia en algo que puedan hacer hoy por un amigo. Tal vez podés invitarlo a jugar o mandarle un mensaje para preguntarle cómo está.

Si tenés algo para compartir, ¡hacelo con amor!