Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre, que nos llama sus hijos. ¡Y eso es lo que somos!
1 Juan 3:1
¿Te imaginás estar cerca de alguien súper importante? Como el presidente, un famoso o… ¡Messi!
Seguro pensarías: “¡Qué increíble sería hablar con él!”. Pero también sabés que es casi imposible. No podés ir y simplemente decirle algo.
Hace un tiempo te conté que estamos leyendo una carta que escribió Juan. Él vivió con Jesús y quería contarle a todos lo que había visto, oído y aprendido de Él.
Y hoy quiero compartirte algo que escribió:
“Miren cuánto nos ama Dios, que nos llama sus hijos. ¡Y lo somos de verdad!”
Hace muchos años, los países eran gobernados por reyes.
Ellos mandaban en todo, y nadie podía acercarse a hablarles.
Si alguien lo hacía sin permiso, ¡podía terminar preso!
Pero había una excepción…
¿Sabés quiénes sí podían acercarse al rey sin miedo, sin avisar y sin pedir permiso?
¡Sus hijos!
Los hijos del rey podían hablar con él, abrazarlo, contarle lo que les pasaba.
Y eso mismo es lo que Dios quiere que sepas hoy:
Vos también sos su hijo.
Podés hablar con Él cuando quieras.
Dios te escucha siempre, porque te ama muchísimo.
Dios no es un Rey lejano.
¡Es tu Papá!
Y como sos su hijo, podés hablarle siempre que quieras.
Él te escucha. Él te ama. Siempre.