Si alguien les hace algo malo, no hagan ustedes lo mismo; si alguien los insulta, no contesten con otro insulto. Al contrario, pídanle a Dios que bendiga a esas personas, pues él los eligió a ustedes para que reciban bendición.

1° Pedro 3:9 TLA

¿Alguna vez te pusiste a ver los árboles? Esos que están en la plaza o parques, ahí donde se puede jugar, hay muchos pajaritos y también llevamos nuestras mascotas. Algunos árboles siempre se ven muy fuertes, llenos de hojas, sus copas son muy altas y otros no son muy grandes, y otros flaquitos o petizos.

A ellos (los árboles) muchas veces se los maltrata, los pintan, se les raspa la corteza para grabar los nombres de los enamorados, los animales les hacen pipi, a veces los chicos cuando se suben les rompen las ramas, el viento los sacude con mucho ímpetu, pero ellos siguen dando hojas y se mantienen firmes.

Pasan los años y siguen dando buena sombra, y qué alegría la de los chicos cuando se trepan o se esconden para jugar. Y los enamorados graban sus nombres.

A pesar de que muchas veces reciben un mal trato, ellos siguen generosos dando sombra… lo mejor que siempre dan.

Así nos enseña Pedro cuando nos dice que vivamos en armonía, que sepamos compartir, ya sean las tristezas como las alegrías. Esto significa que acompañemos al que esta triste, con un abrazo o simplemente estar a su lado, o podemos festejar con el que esta alegre.

Si nos hacen daño, nos lastiman, hablan mal de nosotros, o no nos toman en cuenta, nosotros debemos hacer lo contrario, seamos como los árboles, hagamos buenas acciones.

Recordemos siempre que Dios nos enseña a amar a todos y siempre. No depende de cómo nos traten.

No vivas con egoísmo, eso no te deja ver lo hermoso que Dios tiene para tu vida y la de los demás que te rodean.

Seamos como los árboles, sigamos en pie dando buena sombra a todos, no te olvides que somos discípulos de Jesús.

Seguí orando, seguí cantando, seguí adorando, seguí buscando ser amigo Jesús y vas a ver que está a tu lado.