El abrazo de Papá

ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios.

¡Nada podrá separarnos del amor que Dios

nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!

 Romanos 8.39 (DHH)

 

Alguna vez te preguntaste ¿qué es amor? Estuve pensando un poco y me vienen algunas palabras como… cariño, afecto, perdón, respeto. Animate a decir las primeras cosas que se te ocurren relacionadas con la palabra amor.

El amor también tiene que ver con acciones, hay cosas en las que pienso cuando digo esta palabra, se trata de formas de mostrar amor: abrazo, beso, regalar un dibujo, pedir perdón, decir permiso y por favor. ¡wow! Hay muchas formas concretas de mostrar amor. ¡Una sola palabra y tantas cosas!!!

¿Qué dice la Biblia acerca del amor? De una manera muy sencilla lo simplifica, amor es Dios. ¡Sí! Dios es amor, y nos muestra su amor. Para que entendamos cuanto nos ama, encontramos esta historia que cuenta Jesús:

Un hombre tenía dos hijos. El menor dijo a su padre:

– ¨Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde, que quiero irme a vivir mi vida. ¨

Decidió entonces el padre, repartir la herencia.

A los pocos días el hijo menor reunió todo lo suyo, se fue a un país lejano y allí malgastó toda su fortuna llevando una mala vida.

Cuando se lo había gastado todo, sobrevino una gran hambre en aquella ciudad y comenzó a padecer necesidad. Se fue a trabajar a casa de un hombre del país, que lo empleó cuidando cerdos. Gustosamente hubiera llenado su estómago con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba.

Entonces, reflexionando, dijo:

– Hice todo mal, ¡Cuántos trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me pondré en camino, volveré a casa de mi padre, le pediré perdón y le diré: ¨ Padre, aunque ya no me trates como a un tu hijo, perdóname, por favor, trátame como a uno de tus trabajadores.

Se puso en camino y fue a casa de su padre.

Cuando aún estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió. Fue corriendo, se echó al cuello de su hijo y lo cubrió de besos.

El hijo comenzó a decir:

–  Padre, me he portado muy mal. Ya no merezco llamarme hijo tuyo Pero el padre dijo a sus criados:

– Traigan enseguida la mejor ropa; pónganle también un anillo en la mano y sandalias en los pies. Busquen el ternero más grande, mátenlo y celebremos una fiesta, porque este hijo mío se había ido y ha vuelto, se había perdido y ha sido encontrado. ¨ Y se pusieron todos a festejar.

Así de incondicional es el amor de Dios por vos.

Tenemos cada día la oportunidad de tomar buenas decisiones, hacer inteligentes elecciones, de volver a intentar hacer las cosas que no nos salen bien y sabemos que si nos equivocamos: Dios está ahí para perdonarnos, ayudarnos, darnos un fuerte abrazo de amor de Papá.