¡Jesús me escucha!

Nunca dejen de Orar

Tesalonicenses 5:17 (PVT)

Yasmín, iba a la iglesia desde muy chiquita. En su casa siempre se oraba, todos los días alguien de su familia daba gracias a Jesús por la comida en el almuerzo, otro se ofrecía para hacerlo en la cena. Su Abuela, daba gracias siempre cuando sus nietos la iban la visitar, ¡y ella se ponía feliz!

Yaz no sabía bien cómo hacerlo, al principio cuando cerraba sus ojos sentía como una vergüenza, las palabras no salían de su boca, y le decía a su mama: ¡Mami mejor ora vos!  Ella sentía que sus palabras no alcanzaban como que no eran suficientes.

Cuando escuchaba a otros orar creía que las palabras de los demás sonaban re especiales, como importantes.

En las clases de la iglesia, la seño una vez les conto que los amigos de Jesús tampoco sabían muy bien como orar, así que Jesús les enseño con una oración “modelo” que llamamos “Padre Nuestro”.

La seño Laura les dijo que esa oración está en la Biblia y podían buscarla y leerla. Yasmín lo hizo varias veces, pero había días que tenia ganas de orar y decir otras cosas.  Un día, Yasmín entro a la iglesia y vio un versículo de la Biblia escrito en grande que decía: “Nunca dejen de orar”.

Cuando lo leyó se quedo algo pensativa y al llegar a su casa le preguntó a la mamá: ¿Cómo podemos hacer para estar siempre orando? ¿Sera que tengo que repetir el Padre Nuestro siempre? ¿Tengo que todo el tiempo pensar en palabras difíciles? Y… ¿Tengo que estar todo el tiempo con los ojos cerrados y las manos juntas?

La mamá enseguida le preguntó por su amigo Tomas, su compañero del cole y le pregunto: ¿Es verdad que la maestra tiene que pedirles todo el tiempo que paren de hablar? Además, cuando llegás del Tomas te sigue hablando cuando manda audios de WhatsApp larguísimos y te sigue contando todo lo que hace en su casa. La mamá la miro con una sonrisa y le siguió diciendo: Hijita, ¡vos y tu amigo Tomas hablan tooooodo el tiempo!

Igual es cuando oramos porque podemos hablar con Jesús como con un amigo, como lo hacés con Tomi.

Jesús siempre está atento. Si bien podemos en algún momento del día cerrar los ojos, y estar solos en alguna parte de la casa para hablarle como en secreto, también podemos hablarle cuando estamos camino al colegio, en la plaza, el auto… o sea siempre. Y lo que es muy lindo es orar antes de dormir y decirle a Jesús: “Buenas noches”

No te olvides que ¡Jesús nos escucha siempre!