Dios dijo: “Éste es ni Hijo, mi escogido escúchenlo”
Lucas 9:35
¡Qué difícil es hacer silencio! … y más difícil es cuando sabemos y podemos opinar del tema del que se habla. Es ¡imposible!
Recuerdo que mi maestra nos decía que saber hacer silencio tiene que ver con saber escuchar. ¡Uhauu! nunca se me hubiese ocurrido pensar eso ¿Saber escuchar?
Y saber escuchar tiene sus condiciones:
- Debemos tener templanza, es decir que tenemos que estar tranquilo.
- Debemos tener paciencia, significa no adelantarnos en lo que están hablando.
- Ser los primeros en hacer silencio.
Seguramente debe haber otras condiciones, pero empecemos solo con estas.
Aunque no lo creas al principio se me hizo difícil pero poco a poco lo fui practicando y todavía sigo trabajando en eso.
Muchas veces, cuando hablan muchas personas a la vez parece que hicieran una sopa de opiniones, es decir todos opinan y hablan a la vez y nadie se escucha.
Es increíble lo que pasa cuando empezás a escuchar, conoces más a las personas, porque así podés ayudar a otros, sabiendo de lo que se habla.
Pienso que por eso Jesús quiere que hablemos con Él, porque es el maestro u siempre nos está escuchando. Ojo que hay algo muy importante también. Nosotros debemos escuchar a Jesús.
La Biblia nos dice en Lucas 9: 35 “Éste es ni Hijo, mi escogido escúchenlo”
Es genial tener un amigo que siempre nos va hablar con tanto amor.
¿Y cómo debemos escuchar a Jesús? Haciendo una pausa… haciendo silencio cuando leemos lo que Jesús le dijo a otros es como si nos hablara a nosotros también. Así es como escucharlo solo a Él.
Lee con voz fuerte lo que la Biblia dice: “Ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”
Y Jesús le dijo esto a la gente, y también a nosotros: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”.
Algo más que nos dice es que nos ama de manera incondicional, que sin Él todo es más complicado, que debemos seguirlo aunque estemos preocupados, con miedo y a veces no nos acordemos de su amor.
Él no te va a dejar solo. Jesús va a estar con nosotros hasta el fin del mundo, esa es su promesa.
Dale anímate a hacer silencio, pone el botón de hablar en pausa y escucha a Jesús, sus promesas son maravillosas para vos y para mí.