Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Hebreos 4:12 (RVR60)
(Énfasis del autor)
Las Escrituras tienen la capacidad de calar también el área física. Las coyunturas, articulaciones y ligamentos cumplen la función de permitir la movilidad, por ejemplo la rodilla es la coyuntura más grande del cuerpo humano, une la pierna con el muslo. El codo une el brazo con el antebrazo y permite que podamos moverlo. El tuétano es la parte interior de los huesos, la médula. La parte blanda. Su función principal es ayudar a la formación y desarrollo de células óseas. Coloquialmente significa lo más íntimo o profundo de la parte física o moral de alguien, por lo que podríamos decir que la lectura y el entendimiento de la Palabra llega a nuestros tuétanos.
También recuerdo una expresión algo antigua que dice: “enamorarse hasta los tuétanos”, y equivale a estar totalmente enamorado.
Las palabras “el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos” expresan la completa naturaleza del ser humano en cada una de sus partes. Las articulaciones y la médula, los recovecos más escondidos de nuestro ser.
De parte de él todo el cuerpo, bien concertado y entrelazado por la cohesión que aportan todos los ligamentos, recibe su crecimiento de acuerdo con la actividad proporcionada a cada uno de los miembros para ir edificándose en amor.
Efesios 4:16 (RVA2015)
(Énfasis del autor)
Pablo, en la carta a los efesios recurre a la figura del cuerpo para referirse a la iglesia. El cuerpo depende en todo de la cabeza, que es Cristo. De Él recibe poder, dirección y enfoque. Los miembros de este cuerpo, si están juntos, bien concertados y entrelazados entre sí, cohesionados por los ligamentos reciben su crecimiento y desarrollo espiritual de acuerdo con la actividad propia de cada miembro.
Por eso, es fundamental que cada parte del cuerpo, cada órgano esté en el lugar que Él le asigna, unido, ligado a los demás. Cada uno contribuye, ayuda para que el cuerpo pueda “moverse” funcionar y crecer sano.
Mientras los miembros no estén unidos, si los ligamentos no están sanos la iglesia como cuerpo no se puede mover como papá quiere.
Él desea nutrir y hacer crecer su cuerpo para que Su propósito se cumpla en el mundo, pero Su Palabra debe atravesarnos hasta los tuétanos, debe ir tomando cada día más lugar en cada uno de nosotros para poder expresarla y vivirla en el cuerpo y transformar el sistema de acuerdo a los criterios del Reino.
Con frecuencia suelo tener contracturas y rigidez muscular o calambres en las piernas. Cuando le pregunto a mi médico él siempre me dice: Es sencillo, los músculos fueron hechos para moverse y si tu trabajo consiste en estar mucho tiempo quieta frente a una computadora tenés que encontrar la manera de moverte para que tu cuerpo se mantenga ágil y tus músculos estén flexibles.
Tal vez la analogía no te parezca muy espiritual, pero ¿Cómo andan tus músculos? ¿Tus ligamentos están funcionando bien? ¿Te permiten moverte con libertad?
Los analgésicos ayudan a disminuir el síntoma, pero no solucionan el problema. Dios te colocó en un cuerpo ¿podés verte como coyuntura o ligamento?
Hoy es un buen día para preguntarle a Papá de qué manera podés ayudar a que Su cuerpo esté bien concertado y entrelazado. Estudiar, conocer y obedecer las Escrituras te nutre para que tus músculos estén fuertes. Ligarte a tus hermanos en el Espíritu potencia la obra de la iglesia.
¿Vamos juntos?
