Hace tiempo que Juliana deseaba tener unos patines. A ella le encantaba patinar. Ya había visto varias películas con historias de patinadoras, y una de sus amigas tenía un par. Cada vez que Juli iba a su casa, se los pedía prestados un rato para dar unas vueltas. ¡Realmente le gustaban los patines!
Para su último cumpleaños, ¡recibió una sorpresa increíble! ¡Sí! Sus papás, finalmente, le regalaron lo que ella estaba esperando hacía tanto tiempo: ¡unos patines!
No hace falta que te diga lo feliz que estaba Juli, ¿verdad? Apenas recibió el regalo, les mandó fotos a todas sus amigas. Compartió esta buena noticia con todos los que pudo. Ese día en el colegio no paró de hablar de los patines… y de las piruetas que iba a poder hacer. Durante varios días, Juli siguió hablando de su regalo.
Escuchar a Juli tan contenta hablando de sus patines, de cuánto los había esperado y de lo mucho que los disfrutaba, me hizo pensar en algo. Hace tiempo que vengo aprendiendo muchas cosas sobre Jesús: cuánto me ama, y que su amor es más grande que cualquier otro. Recuerdo cuando aprendimos que Jesús calmó una tormenta. Eso me enseñó que puedo tener paz en medio de los problemas porque sé que Él está conmigo. También aprendí que quiere ser mi amigo, y que desea que yo sea muy, pero muy, feliz. He aprendido tantas cosas más…
Pensando en Juli, y viendo cómo no para de hablar de sus patines por la felicidad que siente, me puse a reflexionar sobre mí. Yo también estoy muy feliz por todo lo que Jesús es en mi vida. Tener a Jesús como mi amigo es algo maravilloso, y creo que mis amigos no deberían perdérselo. Quiero contarles a todos que Jesús también quiere ser su amigo.
Además, ¿sabés qué? Jesús nos dejó esto escrito en la Biblia. Nos pidió que compartamos esta buena noticia de su amor con todo el mundo.
¡Vamos juntos!
¿Qué aprendiste vos en este tiempo sobre Jesús que quieras compartir?