Por eso decidí no hacerles otra visita que les causara tristeza. Porque si yo los hago sentir tristes, ¿quién me alegrará después, sino ustedes a quienes yo he hecho sentir tristes? Les escribí para que al volver a verlos no me entristecieran sino más bien me alegraran. Confiaba en que todos ustedes compartirían mi alegría.
2° Corintios 2: 2-3 PDT
El apóstol Pablo, casi como en un juego de palabras, expresa la necesidad de alegrarse y provocar alegría. Un hombre grande, con cientos de contactos a lo largo de su vida, llega al momento en que reconoce la necesidad del ser humano de sentir alegría. Pablo deseaba tener una buena y estrecha relación con quienes consideraba sus discípulos y familia. Era obvio en la primera carta que el apóstol escribió a esa iglesia, puso freno a las actitudes y confusiones que la desviaban de la verdad.
“La frase de Pablo «otra vez a vosotros con tristeza» indica que ya había hecho un viaje dificultoso a Corinto desde que se fundó la iglesia. Fue para enfrentarse a aquellos que en la iglesia estaban poniendo en discusión su autoridad como apóstol de Jesucristo, confundiendo a otros creyentes”.
Comentario La Biblia del Diario Vivir
Pero en esta segunda carta muestra una clara necesidad de estar en paz con ellos. Como padre espiritual les dio ejemplo de sabiduría. El hombre fuerte, el que era directo hasta el punto de ser totalmente severo, mostró un lado deferente.
Pablo nos recuerda en este pasaje la importancia de la empatía y el amor en las relaciones. El poner perspectiva en los desacuerdos nos enseña que nuestras acciones y palabras tienen un impacto profundo en los demás y que, al causar tristeza a alguien, también nos privamos nosotros de la alegría que esa persona nos puede brindar.
En momentos de frustración o enojo, podemos decir cosas que hieren a los demás y este pasaje nos invita a que, antes de actuar impulsivamente, respetemos y cuidemos a los otros, porque su felicidad también es nuestra felicidad.
Es fácil olvidar cuánto pueden afectar nuestras palabras y acciones a quienes nos rodean. No siempre tratamos a otros como queremos que nos traten. La gente solo te puede conocer a través de tus acciones y tu ejemplo, y la única manera que vean a Jesús a través tuyo es que reflejes Su carácter.
“Hay sabiduría divina en saber cuándo confrontar y cuándo no hacerlo, dejando tiempo para sanar las heridas y permitir un cambio de mente.
Pablo muestra en estos versículos su lado humano y también la necesidad que tenía de ser aceptado y fortalecido por la familia cristiana. Los pleitos y desacuerdos en la iglesia consumían (y a veces todavía hoy en día consumen) la energía y capacidad que se necesita para ministrarse los unos a los otros.”
Comentario Bíblico Mundo Hispano
Nuestras palabras demuestran lo que hay dentro nuestro. Representan nuestro tiempo interior, y Pablo, entendiendo esta realidad, prefirió la soledad a entristecer a sus hermanos.
Ruth O. Herrera