El que dice que vive en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad.
1°Juan 2: 9 PDT
Al hablar de nuestra vida cristiana muchas veces nuestro lugar de servicio a Dios ocupa un espacio muy importante, y para muchos su ministerio forma parte de su identidad. Y es realmente muy bueno que entregues dones, tiempo y esfuerzo en algún área de servicio al Señor, pero ¿te preguntaste si eso conmovería a la persona a la que criticás, maltratás o no podés soportar? ¿Tu imagen no resultaría un poco “ambivalente”?
No en vano Pablo dice que quien no tiene amor es como un instrumento desafinado…
Jesús no necesita de tu servicio y aun así te invita a servirle y ser luz y sal en el mundo, pero para que lo hagas con integridad y eficacia tenés que ser capaz de relacionarte sabia y armoniosamente con tus hermanos y tu familia de la fe.
Lamentablemente a lo largo del tiempo siempre hubo relaciones rotas en la iglesia. Es verdad que somos personas falibles y tenemos que ser cuidadosos para mantener buenas relaciones, por eso desde siempre esto fue una tarea ardua.
Sean humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a otros con amor; procuren mantener la unidad que proviene del Espíritu Santo, por medio de la paz que une a todos.
Efesios 4: 2-3 DHH
Hacerlo por nuestras propias fuerzas, más que difícil sería imposible, pero en su amor Jesús envió su Espíritu para asistirnos.
De todas formas, es un gran desafío dejar de lado nuestros sentimientos, sobre todo cuando fuimos heridos o cuando las diferencias parecieran ser irreconciliables. Pero, ¿en qué nos distinguiríamos si tan solo mantuviéramos el vínculo de amor con lo que nos aman?
Hay quienes no tienen conflictos porque no se involucran ni mantienen relaciones fluidas en la tarea, pero al interactuar y ser parte activa de un ministerio o proyecto hay que saber lidiar con el conflicto.
¿Qué mérito tienen ustedes al amar a quienes los aman? Aun los pecadores lo hacen así. ¿Y qué mérito tienen ustedes al hacer bien a quienes les hacen bien? Aun los pecadores actúan así. ¿Y qué mérito tienen ustedes al dar prestado a quienes pueden corresponderles? Aun los pecadores se prestan entre sí, esperando recibir el mismo trato. Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, háganles bien y denles prestado sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados.
Lucas 6: 32- 35 NVI
Me hace muy bien saber que Jesús enfrentó sus propios conflictos con los más cercanos y con los que se le oponían. Su mirada siempre se inclinaba para favorecer, entender y mostrar un camino mejor, y sin embargo supo ser firme con quienes eran injustos. Lo más interesante es que no mantuvo los conflictos que se le presentaban, sino que siempre los encuadraba y resolvía.
Todos enfrentamos situaciones en las que tenemos que definir cómo relacionarnos con el otro, pero en el ejemplo del Maestro aprendemos a no sostener indefinidamente la falta de acuerdo.
Es un tiempo ideal para estar juntos y unidos, sirviendo a Dios al bendecir a los demás y descubrir nuevas maneras de ser un cuerpo compacto, solido y lleno de amor.
¿Estás dispuesto, dispuesta a vivir en armonía y edificar juntos?
Yanett Sokur – Ruth O. Herrera
