Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre. Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Los que miraron a Él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados.
Salmos 34: 1-5 R.V
Alabaré al Señor en todo tiempo; a cada momento pronunciaré sus alabanzas. Solo en el Señor me jactaré; que todos los indefensos cobren ánimo. Vengan, hablemos de las grandezas del Señor; exaltemos juntos su nombre. Oré al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría; ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro.
Salmos 34: 1-5 NTV
Bendeciré al Señor a todas horas; mis labios siempre lo alabarán. Yo me siento orgulloso del Señor; ¡óiganlo y alégrense, hombres humildes! Alabemos juntos y a una voz la grandeza del nombre del Señor. Recurrí al Señor, y él me contestó, y me libró de todos mis temores. Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados.
Salmos 34: 1-5 DHH
Dios mío, ¡yo estoy muy orgulloso de ti! ¡Todo el tiempo te bendeciré! ¡Mis labios siempre te alabarán! Ustedes, los humildes, ¡oigan esto y alégrense conmigo! ¡Únanse a mí, y juntos alabemos la grandeza de Dios! Le pedí a Dios que me ayudara, y su respuesta fue positiva: ¡me libró del miedo que tenía! Los que a él acuden se llenan de alegría y jamás pasan vergüenzas
Salmos 34: 1-5 TLA
Una traducción o interpretación diferente para este salmo es: “Al hablar de los humildes o mansos, definirlos como los que no son autosuficientes, los que abren su corazón, los que no se cierran en sí mismos”. El salmista alienta al pueblo diciendo “exaltemos el nombre del Señor”: el nombre que es sobre todo nombre, y se anticipa a la declaración del N.T. que expresa que “en el nombre de Jesús toda rodilla se doblará, porque Dios le dio un nombre sobre todo nombre”.
Cuando pronuncias el nombre Jesús… ¿Qué representa personalmente para vos? ¿Cómo valorás realmente que haya cambiado tu vida?
El salmista está diciendo: “engrandezco a mi Señor… estoy orgulloso de mi Señor”.
Al mirar a nuestro Señor fuimos “alumbrados”. No es una luz de neón, no es el alumbrado de una luz de mercurio o de led, es “la luz que todo lo alumbra”. Cuando miramos al Señor, la traducción exacta es que “nos volvemos radiantes”. Así que si vas a la presencia del Señor buscando y anhelando su presencia cada día, si buscás Su rostro en tu vida cotidiana, en lo secreto o en público, entonces el Espíritu te hará resplandecer, ser luz. Así como pasó con Moisés… hoy puede suceder con vos.
Exponerte a Su Presencia, en tiempos buenos y en tiempos malos, siempre será tiempo para ser “alumbrado/a”. Puede suceder… va a pasar, porque los que miran al Señor serán alumbrados y verán la vida con los ojos de Dios.
Pastor Hugo Herrera