Cuestion de Identidad: 5. Mis prioridades

«El Espíritu del Señor está sobre mí,porque me ha consagradopara llevar la buena noticia a los pobres;me ha enviado a anunciar libertad a los presosy dar vista a los ciegos;a poner en libertad a los oprimidos;  a anunciar el año favorable del Señor.»

Lucas 4:18-19 DHH

 

En el día de ayer pensamos en Lucas 4:16-21 como el programa que da inicio al ministerio público de Jesús. En él se ven las prioridades que Él tuvo por distintos grupos, pero que tienen un denominador común: algún tipo de sufrimiento.

El ministerio de Jesús no comienza enfocándose en los pecados de la gente, sino en su sufrimiento y en la necesidad de ser liberados de él.

 

En este devocional te quiero preguntar cuáles son las prioridades en tu vida, familia, ministerio, iglesia y si coinciden con el programa de Jesús, ya que es fundamental priorizar lo que Jesús prioriza (4:18-19)

 

Jesús y su Espíritu siempre priorizan a las personas que sufren. Si lo que predicamos los cristianos no es captado como “Buena Noticia” por aquellos que sufren, ¿qué evangelio estamos predicando? ¿A qué nos estamos dedicando? ¿A juzgar y condenar?

¿Qué vamos a hacer en nuestras comunidades para que los marginados, cautivos, pobres, ciegos, maltratados sean recibidos, aceptados y no rechazados? ¿Qué lugar ocupan en nuestro corazón y prioridades?

 

La gente viene a Jesús como está, como puede. Sin embargo, a veces pretendemos que vengan como a nosotros nos gustaría, cumpliendo con nuestros requisitos.

¿Seremos capaces de dejar de pensar un poco menos en nuestro bienestar y abrirnos a los demás, para ayudarlos, bendecirlos, sanarlos?

 

Quisiera desafiarte hoy con algunas preguntas:

¿Qué acciones concretas podés hacer para alcanzar a los pobres con el amor de Dios?

¿De qué forma te parece que podés mostrarte solidario/a o cercano/a a aquellos que se siente prisioneros o cautivos de algún vicio, pecado, herida?

¿Cómo crees que con tus acciones o palabras podrías llevar “vista” a aquellos que están ciegos, que viven en la oscuridad y necesitan desesperadamente de la luz de Dios?

¿Qué podés hacer en estos días para ayudar, acompañar, sanar a aquellos que fueron o son maltratados de distintas maneras en su vida? Víctimas de algún tipo de violencia, traumas, dolores…

 

No postergues la llegada del Reino de Dios en las vidas de aquellos que te rodean y lo necesitan. Que nuestras prioridades reflejen las de Jesús.

 

Pablo Vernola