El estanque

Después Jesús regresó a Jerusalén para la celebración de uno de los días sagrados de los judíos.

Dentro de la ciudad, cerca de la puerta de las Ovejas, se encontraba el estanque de Betesda que tenía cinco pórticos cubiertos. Una multitud de enfermos—ciegos, cojos, paralíticos—estaban tendidos en los pórticos.

Juan 5:1-3 NTV

 

La escena describe a personas enfermas que practicamente vivían alrededor del estanque, un espacio de desesperanza, tristeza, pobreza y soledad.

Todos ellos cada día esperaban un milagro que sólo pocos podían obtener. Los años pasaban pero el lugar de la salud más bien era el lugar del desaliento.

La creencia popular era que un movimiento especial del agua provocado por un ángel  desataba sanidad a quien se sumergiera.

 

Solo debían esperar que el ángel bajara… Este detalle de la creencia en el ángel agitando el agua no se encuentra en todos los manuscritos antiguos del Evangelio, pero es parte de muchos y añade un elemento sobrenatural a la narrativa.

 

Hoy parece más un cuento de hadas que una posibilidad de salud. Aunque… hoy se ofrecen muy variadas fórmulas, doctrinas y fuentes de vida que solo retrasan o detienen la verdadera vida plena.

 

Señor… no tengo quien me ayude a entrar en el estanque y cuando el Ángel mueve las aguas nunca llegó primero. Aquel enfermo sólo respondió desde su realidad.

Necesitaba reconocer a quien tenía frente a él. Solo estar donde el Señor se manifiesta puede no ser la respuesta… Es Él mismo y el reconocerlo como Señor

 

No sé cuál es tu realidad hoy, quizás seas alguien que hace tiempo se repite: Nunca alcanzo esa solución, nadie puede ayudarme, estoy sin fuerzas…

Quizás estás inmovilizado por tus circunstancias y Jesús lo sabe.

El Señor y el Padre del cielo sabe que hay circunstancias en que el miedo, el dolor, la desesperanza te paralizan y Él no viene a juzgarte ni a ser espectador.

 

Muchas veces habrás escuchado que un cristiano tiene que ser más fuerte que sus circunstancias pero no siempre es posible, la tristeza, la depresión, la ansiedad también la sufrimos aquellos que creemos en Jesús.

Si hoy estás pasando una circunstancia en la que te identificás con el hombre frente al estanque… no dejes que las opiniones o las costumbres te anulen. No te sientas criticado porque Jesús también tuvo temor y se sintió al límite.

 

Fue por la fe que Moisés salió de la tierra de Egipto sin temer el enojo del rey. Siguió firme en su camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible.

Hebreos 11: 27 NTV

 

Mirar lo invisible no es fácil pero te aseguro que, aunque sea casi imperceptible, el estanque en el que necesitás sumergirte está en vos.

Dios está obrando su proceso para que encuentres su plenitud. En Cristo se descubre una fuente de satisfacción que va más allá de las circunstancias externas y que perdura a lo largo del tiempo. La reflexión sobre esta verdad puede llevarte a una comprensión más profunda de lo que significa buscar una vida plena en el contexto de la batalla entre la fe y la realidad.

Ruth O. Herrera