A Jonás le cayó muy mal lo que Dios había hecho, y se disgustó mucho. Así que oró al Señor, y le dijo: —Mira, Señor, esto es lo que yo decía que iba a pasar cuando aún me encontraba en mi tierra. Por eso quise huir de prisa a Tarsis, pues yo sé que tú eres un Dios tierno y compasivo, que no te enojas fácilmente, y que es tanto tu amor que anuncias un castigo y luego te arrepientes. Por eso, Señor, te ruego que me quites la vida. Más me vale morir que seguir viviendo. Pero el Señor le contestó: — ¿Te parece bien enojarte así?
Jonás 4: 1-4 DHH
(Énfasis del autor)
Yo quisiera que nunca Dios tenga que hacerme semejante pregunta.
¿Cómo expresás las emociones negativas? Y cuando no las podés expresar ¿qué hacés? Jonás fue confrontado por Dios por su enojo desbordante, inentendible.
Este profeta conocía la voz de Dios, pero su obediencia era aparente. Fue enviado a una misión de paz… pero desde el principio estuvo enojado ante la posibilidad de perdón. Casi provoca una tragedia y por eso fue tirado de un barco en plena tormenta. Un pez gigantesco lo tragó como resultado de su disgusto y de no poder dominar sus emociones. Paradójicamente, el conocer el gran amor de Dios por Nínive sacó lo peor de él a la luz.
Pero Dios insistió y no cambió de plan. Así finalmente Jonás llegó a Nínive para exhortarlos al arrepentimiento, y lo más extraño es que su predicación fue magnífica, ¡Toda la ciudad se arrepintió de su pecado!
Los habitantes de la ciudad, grandes y pequeños, creyeron en Dios, proclamaron ayuno y se pusieron ropas ásperas en señal de dolor.
Jonás 3: 5 DHH
Me imagino al profeta renegando de su éxito, caprichoso y con un berrinche inentendible.
Sus contradicciones eran muy profundas porque se oponía nada más ni nada menos que a la voluntad divina, y aunque no se le había pedido opinión… estaba furioso.
Jonás salió de la ciudad y acampó al oriente de ella. Allí construyó un refugio y se sentó bajo la sombra esperando a ver qué pasaría con la ciudad. El SEÑOR Dios hizo que una planta de ricino creciera sobre Jonás para hacerle sombra y calmarle su mal humor. Jonás se puso muy contento con esa planta de ricino. Pero al amanecer del día siguiente, Dios había dispuesto que un gusano atacara la planta de ricino y esta se secó. Cuando salió el sol, Dios envió desde el oriente un viento caliente. Como el calor del sol daba directamente sobre la cabeza de Jonás, él se sintió a punto de desmayarse y queriendo morirse dijo: —Prefiero morir a tener que vivir así.
Jonás 4: 5-8 PDT
Jonás se enojó con Dios, con el pueblo de Nínive, y hasta con una planta que le daba sombra y se secó, y la mejor respuesta que tuvo para darle a su Señor fue: —Prefiero morir a tener que vivir así.
Hoy en día la expresión sería… ¿no será mucho?
Puede ser que alguna vez alguien te haya dicho que estaba enojado con Dios porque la vida le fue difícil, pero Jonás llegó al punto de tener pensamientos de muerte, la ira y su irracional enojo se enfrentaban a la misericordia del Señor. Su opinión era más fuerte que su obediencia. Estaba encaprichado con tener la razón
Cuando no podés resolver el enojo, detrás de esa gran tensión e impotencia generalmente viene un bajón que es la contrapartida, esa tensión que retuviste queda como flotando dentro tuyo, y el resultado es deprimirte ¿Por qué? porque no encontraste otra manera ni la solución, es como un efecto de boomerang.
¡Cuántas veces no podemos resolver dentro de nosotros lo que nos hicieron! Alguna circunstancia de la vida que ya pasó, pero en tu cabeza sigue vigente, porque no podés aceptar lo que sucedió. Es cuando la pelea que tuviste hace mucho tiempo te sigue minando la cabeza.
Es muy difícil ser racionalmente moderado al enojarse, y casi imposible “contar hasta cien”, pero sería un buen ejercicio al menos intentarlo para darse aunque sea un minuto antes de reaccionar. Pero todavía más importante es ir a Dios y decir: “no soporto lo que me pasa, pero en Tu presencia hay plenitud de gozo”, “Señor, me cuesta mucho pero con Vos seguramente voy a superarlo”. Y aunque te parezca muy lejano, tenés esa capacidad porque el Espíritu Santo actúa en vos cada vez que se lo permitís.
Aunque seas rápido para reaccionar Dios puede usar ese temperamento para Su gloria si aprendés a equilibrar tu ira, el enojo, y trabajás para poder y saber vivir las cosas que Dios quiere que logres…
Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad.
Proverbios 16:32 TLA
Pastores Ruth y Hugo Herrera
Compartimos los motivos de oración de “40 días de ayuno y oración de Argentina Oramos por Vos 2022”
- Ora por el altar en tu vida y tu familia.
- Clama para que el Espíritu Santo vuelva a encender los corazones con su presencia.