Grandes cambios

Tú me enseñas a vivir como a Ti te gusta. Contigo a mi lado soy y seré verdaderamente feliz.

Salmos 16:11 TLA

Muchas veces imaginamos que, para escribir la historia, para transformar la sociedad hacen falta grandes personas, que puedan hacer grandes cambios. Y ese pensamiento automáticamente nos deja afuera a personas comunes como vos y yo, que viven en medio de rutinas cotidianas y responsabilidades diarias a las que no pueden dejar de atender. Queda poco tiempo y espacio para vernos a nosotros mismos como poderosos agentes de cambio en el lugar donde Papá nos puso… 

Pero la muy buena noticia es que nuestro Dios puede hacer que pequeñas decisiones, pequeños actos de gente común impregnados de su Espíritu, en realidad produzcan transformaciones profundas. Cuando tu espíritu está profundamente ligado al Espíritu Santo, cuando interpretás Su voluntad y decidís obrar de acuerdo a ella, hasta el acto más pequeño detona en el cielo y abre paso al poder del Señor que transforma.

“Era una tarde de diciembre de 1955 en EE.UU, época de segregación racial, cuando Rosa, mujer de color que era costurera, salió de trabajar y tomó el autobús de regreso a su casa. Se sentó en uno de los asientos de adelante y, cuando un pasajero blanco quiso ocupar el asiento en el que estaba ella, el chofer le ordenó que se lo dejara y viajara parada en la parte de atrás; pero Rosa se rehusó a hacerlo. Esto motivó que el chofer fuera a la policía y ella fuera arrestada y encarcelada. 

Cuatro días después, el Reverendo Martin Luther King Jr., al frente de la  “Asociación para el Mejoramiento de Montgomery” (MIA), pronunció un sermón en el que hablaba al respecto y exhortaba públicamente a realizar un boycot de autobuses:

«La señora Rosa Parks es una persona excelentísima. Y, ya que tenía que pasar, estoy feliz de que le pasara a una persona como ella, porque nadie puede dudar de la extensión ilimitada de su integridad, de la altura de su carácter, de la profundidad de su compromiso cristiano y su devoción a las enseñanzas de Jesús. Una persona que nadie puede llamar un factor perturbador en la comunidad. Una cristiana, sin pretensiones, y sin embargo, con integridad y carácter” …. 

Las mujeres y los hombres de piel negra decían: «Si la compañía de autobuses no nos trata con cortesía, no gastemos nuestro dinero utilizándolos. ¡Caminemos!».

Se organizó una gran campaña y por toda la ciudad se podían leer letreros que decían: «No utilices el autobús para el trabajo, para la ciudad, para la escuela, para nada”. La noticia de lo que sucedía en Montgomery, Alabama, llegó a todas partes y se le empezó a conocer como la «Ciudad de los Caminantes». Esto ocasionó que las compañías de autobuses empezaran a sufrir grandes pérdidas económicas, llegando a la quiebra muchas de ellas y… Un año después de lo sucedido a Rosa Parks, la Suprema Corte de Estados Unidos de Norteamérica dictaminó que la compañía de autobuses no había actuado de acuerdo con la Constitución. Desde entonces, ya no se prohibió más a la gente de color sentarse en cualquier asiento del autobús ni se les obligó a ceder el lugar a las personas de piel blanca. El resto es historia…

Cuando le preguntaron qué es lo que le había dado el coraje para enfrentarse a la injustica y no moverse del autobús a pesar de su cansancio, Parks contestó: «Dios siempre me ha dado la fuerza para decir lo que es correcto. No me subí al autobús para ser arrestada; me subí al autobús para irme a casa. Ser arrestada fue uno de los peores días de mi vida. No fue una grata experiencia. Pero ya que siempre he sido una fuerte creyente en Dios, sabía que Él estaría conmigo, y que solo Él podría llevarme a dar el siguiente paso. No tenía idea de que se estaba haciendo historia. Sólo estaba cansada de rendirme. De alguna manera, sentí que lo que hice era lo correcto al hacer frente al conductor”.

Hoy el Señor te recuerda una vez más que para Él no hay actos pequeños, ni gente sin recursos, todo consiste en interpretar Su deseo y llevarlo a cabo en el momento oportuno…