Iniciativa que transforma

Yo soy testigo de que han ofrendado espontáneamente según sus posibilidades, y aun más allá de ellas. Por su propia iniciativa  nos rogaron mucho que les permitiéramos tomar parte en esta ayuda para el pueblo de Dios. Y hasta hicieron más de lo que esperábamos, pues se ofrendaron a sí mismos, primero al Señor y luego a nosotros, conforme a la voluntad de Dios.

2° Corintios 8:3-5 DHH

 

Si eres una primicia de Dios, tienes que tomar iniciativa cada día. ¿Qué significa? Mañana cuando suene el despertador y te levantes, no importa a qué hora, en ese momento, en ese preciso instante debes tomar el control de tu vida y de tu día para entregárselo a Dios. Debes establecer un momento en que antes de iniciar toda la tarea debes ser consciente de tu propia vida.

Aprendamos a crear ese hábito. Esa iniciativa está alineada con la actitud de Dios. Es una de las cosas que se alinean a la voluntad perfecta de Dios.

 

Aprender que yo soy una primicia me permite tomar la iniciativa y está alineado perfectamente con Su plan.

Si te levantas y dices: “hoy Dios va a hacer algo a través de mí” ¿podrá pasar algo distinto? Sí. Seguramente entonces serás el primero en saludar, el primero en bendecir, en decir palabras buenas. Sé alguien que da una buena noticia  por el solo hecho de vivir y sé alguien que puede dar una buena noticia  porque tu vida, esa primicia, ese fruto lo acompaña.

 

¡Es maravilloso! Dios no ha cambiado de opinión se alguien que se da a sí mismo  y convertí cada día en una oportunidad para hacerlo.

Pastor Hugo Herrera

 

Indudablemente es por la obra del Espíritu que alguien puede rogar que se le permita ayudar a otro que necesita y luego poner manos a la obra. Habitualmente sucede al revés, la persona que padece algún tipo de dolencia, necesidad o crisis tiene que pedir ayuda y a veces hasta reiterar el pedido porque no es fácil obtener respuesta.

 

El texto ofrece varias expresiones que manifiestan el espíritu contrario al aire de época en el que podemos movernos los hijos de Dios cuando realmente nos consagramos a Él una y otra vez y actualizamos esa entrega.

 

-Ofrendaron espontáneamente

-Según sus posibilidades e incluso más allá de ellas.

-Tomaron la iniciativa.

-Rogaron que se les permitiera formar parte de la ayuda para el pueblo de Dios

-Hicieron más de lo que se esperaba de ellos

-Se ofrendaron a sí mismos.

 

¿Te imaginás qué diferentes serían nuestras congregaciones e incluso nuestro amado país si siguiéramos el ejemplo de los cristianos de Macedonia?

 

Responder esta pregunta desde lo intelectual muy posiblemente nos frustre al ver la realidad, pero si la respondemos desde la disposición y el deseo de que el Espíritu Santo nos complete podemos hacer cambios. Comenzar por dejar de ver solo lo propio y estar dispuestos a desarrollar la misericordia en acciones concretas.

 

Darnos a otros por amor al Padre siguiendo el ejemplo del Hijo y guiados por el Santo Espíritu. Seamos la iglesia que cambie historias, realidades, necesidades. Un pueblo generoso vivendo en una sociedad necesitada de fe, misericordia y sanidad espiritual.

 

Estamos capacitados por Dios… que nuestra iniciativa transforme vidas.

 

Mónica Lemos