Josué se levantó de mañana, y él y todos los hijos de Israel partieron de Sitim y vinieron hasta el Jordán, y reposaron allí antes de pasarlo.
Josué 3: 1 RV 1960
El pueblo judío había vivido en el desierto mucho más tiempo que el necesario para llegar a la tierra prometida. Fueron tercos y eso los mantuvo alejados de la promesa y viviendo como nómades. Pero cuando llegó el momento en el que tenían que cruzar el Jordán para cumplir el plan, “tomaron un tiempo de reposo”.
Necesitaban esperar nuevas instrucciones de parte de Dios y mirar hacia atrás para valorar los cuidados y protección del Señor. Tenían que reponer fuerzas porque tenían por delante el desafío de tomar la heredad que Dios les daba.
Creo que esos tres días de descanso deben haber sido claves, porque para comenzar un nuevo tiempo es necesario tener fuerzas suficientes. “Hacer una pausa para volver a empezar”.
Por décadas la nube del día y la columna de fuego durante la noche los había guiado, alumbrado, protegido del intenso sol y manifestado de manera visible la Presencia de Dios. Era tiempo de cambiar de estrategia y alcanzar el gran sueño.
Tres días después, los jefes israelitas fueron por el campamento y dieron al pueblo las siguientes instrucciones: “Cuando vean a los sacerdotes levitas llevar el arca del pacto del Señor su Dios, dejen sus puestos y síganlos. Dado que ustedes nunca antes viajaron por este camino, ellos los guiarán. Quédense como a un kilómetro detrás de ellos, mantengan una buena distancia entre ustedes y el arca. Asegúrense de no acercarse demasiado”
Josué 3: 2- 4 NTV
“Y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella, a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino”.
Josué 3: 3-4 RVR 1960
La orden fue “Dejen sus puestos y sigan el arca”, “A fin de ir por donde nunca han pasado”. El termino usado es “ABAR”, que significa cruzar, pasar, ir más allá, traspasar, pasar por encima de, transgredir.
Ahora era el tiempo de enfrentar el camino siguiendo el Arca del Pacto, a una distancia de casi 10 cuadras porque lo sagrado solo podía ser transportado por los levitas. La consigna seguía siendo la misma desde que salieron de Egipto: Seguir el plan de Dios y mantenerse lo suficientemente cerca para no perder el rumbo.
Llegaba un nuevo tiempo, un nuevo estilo de vida, tenían que redireccionar no solo la ruta sino lo más importante, renovar su antigua forma de vivir y dejar el desierto atrás.
Debían prepararse para recibir la gran bendición.
Entonces Josué le dijo al pueblo: «Purifíquense, porque mañana el Señor hará grandes maravillas entre ustedes».
Josué 3: 5 NTV
No sé vos, pero yo me siento muy identificada con este pueblo que con facilidad perdía el rumbo, incluso teniendo señales suficientes para distinguir a Dios. Necesitaban siempre algo más, al punto de buscar las manifestaciones visibles para seguir con el claro plan de restauración que tenían. Este relato muestra que el pueblo solo se sostenía por la obediencia y la fe de Josué.
Así que esta nueva regla era clara: “Prepárense, cambien su visión, sigan al Arca y verán milagros”.
Después de todo, 40 años de desierto pueden hacer más visibles las luchas que las bendiciones. Los deseos frustrados pesaban más que la salud constante, la provisión diaria, el agua milagrosa de las rocas, y la salida de Egipto. Sin ninguna duda tenían que hacer la pausa y purificarse de ellos mismos y su mentalidad de esclavos.
Hoy al leer este pasaje recordé mis desiertos. Hubo varios en mi vida, pero uno fue el más difícil de superar, ¿y sabés cuál fue la frase que me sostuvo?: “Tomá tiempo para descansar, renová tus fuerzas y recordá que Dios sigue en control.”
Si podés animarte a creer que en el 2022 en el nombre de Jesús vas a “ABAR”… cruzar, pasar, ir más allá, traspasar, pasar por encima de, transgredir; vas a cruzar los ríos que tenés por delante porque siempre hay una nueva tierra por tomar.
Ruth O. Herrera