Levantarse de la crisis

Jeremías le dijo a Dios: «Dios mío, con lindas palabras me llamaste, y yo acepté tu invitación. Eres más fuerte que yo, y por eso me convenciste. »A toda hora la gente se burla de mí.  Cada vez que abro la boca, tengo que gritar: “¡Ya viene el desastre! ¡Ha llegado la destrucción!” No hay día que no me ofendan por predicar tu mensaje.  »Hay días en que quisiera no acordarme más de ti ni anunciar más tus mensajes; pero tus  palabras arden dentro de mí

Jeremías 20:7- 9 TLA

Seguramente viviste un año con crisis, en mayor o menor medida todos transitamos problemas. Pero Papá hoy insiste en recordarte que hay esperanza y tenés que levantarte de la crisis.  

Hay una larga lista de pendientes al terminar este año que incluyen perdonar, sanar recuerdos, aliviar el dolor de palabras hirientes, esperar por una mejor salud… y cuántas otras. Pero a pesar de lo que sientas y experimentes  en tu interior, con decisión decile a tu crisis: “chau, hoy determino que voy a habitar la bendición”.

Tomá la determinación y no solamente como una declaración, como lo declaró el apóstol Pablo decite a vos mismo: estoy persuadido que el que comenzó la obra en mí  la va a perfeccionar.   

Muchas personas creen que cumpliendo la voluntad de Dios para sus vidas nada malo ni desagradable les puede suceder. De esta idea  se ha llegado difundir un estilo de cristianismo, como si un Dios rico y todopoderoso no puede permitir que sus hijos vivan ningún tipo de crisis. Esto desvirtúa lo que Jesús nos dijo: 

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo

Juan 16: 33 LBLA

Vivir  determinadas circunstancias, que creemos poco acordes a nuestra naturaleza de “hijos de Dios” sería señal de que algo marcha mal en nuestra relación con él. No puede haber cristianos pobres, enfermos o sin éxito en la vida. 

En la Biblia encontramos a líderes llamados por Dios viviendo experiencias de extrema crisis, Moisés, David, Elías… entre otros no vivieron precisamente vidas de triunfo según el mundo espera.  

Dios a lo largo de la historia insistió con su palabra de esperanza y restauración afirmando  que quien lo busca de todo corazón tendrá una vida con un propósito.  

Para Jesús sus últimas horas  en Getsemaní no fue un fracaso, sino un eslabón de gran importancia en el proceso de su ministerio y una noche trascendental para cumplir el más glorioso plan de la humanidad.  

No importa cuán profunda sea la crisis, la duda, la rebelión frente a la providencia de Dios. Si él te mantiene aquí es porque aún no has acabado tu obra, aquél propósito por el cual él te escogió, te llamó y te capacitó. 

Qué bueno que cuando Papá mire tu vida, tu corazón, diga: “vine por mi hijo  y estaré con él hasta el fin porque Yo soy fiel para completar la obra que un día se inició” 

Por favor no dejes de buscar el rostro del Señor, no hagas de esto un cliché religioso. Hacelo como vos podés hacerlo, no busques fórmulas, no dejes de buscar la presencia manifiesta del Espíritu Santo, el rostro del Señor. 

El Señor te dice: 

Me buscarán y me hallarán porque me buscarán de todo corazón. Más fuerte fuiste que yo, y me venciste; pero ahora sé que el Señor está conmigo como un poderoso gigante, más fuerte fuiste que yo, y me venciste… 

Ruth O. Herrera