Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:28 (RVR60)
(Énfasis del autor)
La limpieza a través de las lágrimas y, en segundo lugar, la aceptación de lo que hay que cambiar son dos pasos previos importantes para que entiendas que todo va a ayudar para bien de acuerdo a los propósitos con que has sido llamado, llamada por el Señor.
¿Sabés que tenés un llamado de parte de Dios? Este llamado no es una condición que Dios te pone para hacerte bien o que las cosas sean para bien, pero el texto va unido “a los que a Dios aman todo va a ayudar para bien esto es acorde a los propósitos que Dios tiene para los llamados”
¿Hay alguien que no siente que Dios le ha llamado a un tiempo en su presencia, para su voluntad, para sus propósitos, para su servicio?
¿Usted siente que Dios no se comunica con usted, no le mandó nunca un WhatsApp no lo encontró en Instagram o en Facebook? Más allá de lo que sienta, usted tiene que saber que, aunque no le aparezca en ninguna red social, Dios lo está llamando, la está llamando desde hace mucho y lejos de que esto sea algo terrible o que nos haga sentir mal la salvación que Dios ha obrado no está dividida del llamado que Dios te hace.
Pastor Hugo Herrera
Jesús llamó a los 12 discípulos en primer lugar para que estuvieran con Él y luego también les asignó tareas.
En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles.
Lucas 6:12-13 (RVR60)
“Los discípulos de Jesús lo fueron siguiendo a medida que él iba caminado, predicando o sanando por las calles. No conocieron a Jesús de otra manera más que en la sencillez de verlo entre el pueblo.
Muchos eran quienes lo seguían, multitudes lo apremiaban y buscaban, Él les daba lo que ellos necesitaban o querían, pero sus discípulos no fueron tantos.
En una oportunidad dio de comer a cinco mil, y otra vez a cuatro mil, en las casas a las que entraba se agolpaba la gente para verlo y oírlo, pero eso no los transformó en discípulos.”
(Desarrollo en Cristo- La Casa del Padre
Encuentro 6 “El llamado”).
El tema del llamado de Dios ha sido muy estudiado, comentado y a veces malinterpretado. Si bien en Las Escrituras se registran llamados a tareas que involucran la conducción de pueblos y naciones, lo cierto es que ningún hijo de Dios queda afuera de Su llamado.
El primer llamado o “convocatoria” es a amar a Dios. Es el primer y más importante mandamiento, la demanda por excelencia que abre un abanico incontable de bendiciones y obrar de Dios. Amarlo con absoluta prioridad nos habilita a conocerlo y descubrirlo, entonces andar en Su voluntad perfecta es absolutamente posible.
“Para unirnos a su obra, al responder el llamado debemos saber dónde está trabajando. Cuando a nuestro alrededor suceden cosas que solo Dios puede hacer, él nos invita. La espera, después de haber decidido responder a su llamado a la mies, debe ser en constante oración.”
(Desarrollo en Cristo- La Casa del Padre
Encuentro 6 “El llamado”).
Dios nos hace parte de su Reino y sus planes por amor, nos llama por amor, nos convoca y tiene una tarea para cada uno de nosotros, lo que a veces se conoce como “un propósito” y esa tarea es única y personal. Papá nos identifica y reconoce y pone en nosotros un llamado “a medida”.
“Dios te hizo para que seas tú mismo. Él desea que uses tus dones, tu pasión, tus habilidades naturales, tu personalidad y tus experiencias para impactar al mundo en donde estás”
(Una iglesia con propósito, pág. 74- Autor Rick Warren).
