Jesús dijo también: «¿Semejante a qué es el reino de Dios? ¿Con qué lo compararé? Pues es semejante al grano de mostaza que alguien toma y siembra en su huerto, y ese grano crece hasta convertirse en un gran árbol, en cuyas ramas ponen su nido las aves del cielo.»
Lucas 13.18-19 RVC
(Énfasis del autor)
Terminamos la semana compartiendo la vida de Pablo Besson, quien es considerado como uno de los iniciadores de la Obra Bautista en Argentina. Nació en Berna, Suiza, en el año 1848. Hijo de un predicador de la Iglesia Reformada y madre de origen valdense, a los 7 años estuvo al borde de la muerte, entonces su padre rogó a Dios que lo sanara prometiendo hacer todo de su parte para consagrarlo a Su servicio, años más tarde entregó su vida a Cristo y, entrado en la adultez, se convirtió en un bien capacitado Pastor.
Llegó a la Argentina en 1881 a una pequeña colonia agrícola de bautistas franceses en Esperanza, provincia de Santa Fe. Pronto superó los límites de la pequeña colonia con su obra y tuvo una gran participación en romper las cadenas, el oscurantismo y superstición de la Nación. Aunque nunca dejó sus actividades de evangelización y pastorales, se destacó por sus luchas en pro de las libertades civiles y religiosas que aún faltaban conquistar. Fue el principal mentor y propulsor del Registro Civil y los Cementerios Públicos. Luchó durante toda su vida por la libertad religiosa y de culto, matrimonio civil, entierro oficial para no católicos, educación, Etc. Se trasladó a Buenos Aires y se dedicó a aprender castellano para poder escribir una enorme cantidad de folletos que él mismo repartía sobre temas de actualidad y artículos que aparecieron en diversos periódicos de la época.
Fue un lingüista competente y un bautista ferviente, cuyas convicciones nacieron del estudio de las Sagradas Escrituras. Fundó la primera iglesia bautista argentina de habla hispana en Buenos Aires. A Pablo Besson debemos algunas de las libertades de las cuales disfrutamos habitualmente en nuestros días. La sociedad argentina fue permeada y afectada profundamente por su vida y su tarea.
Jesús les puso una comparación más: «Con el reino de Dios pasa lo mismo que con la harina. Cuando una mujer pone en ella un poquito de levadura, ese poquito hace crecer toda la masa.»
Mateo 13:33 TLA
(Énfasis del autor)
Muchos, famosos y anónimos, nos prepararon el camino, cristianos que en distintas épocas y naciones supieron discernir el tiempo en que les tocaba vivir, y afectaron su realidad enarbolando los valores del Reino, apasionados por su Señor y “leudando” la masa donde estaban puestos. Vimos cómo, aun solo una persona con limitados recursos pudo hacer la diferencia, trastocando valores vigentes, desafiando realidades y costumbres. Como “luz del mundo” iluminaron donde hacía falta, y como “sal de la tierra” preservaron de corrupción a sus semejantes.
Ahora, hoy mismo, sigue habiendo circunstancias difíciles y realidades injustas, nuestro Señor quiere cambiarlas a través tuyo y mío, a través de su iglesia. Te propongo orar renovando tu compromiso: “Papá, aun siendo anónimo/a, quiero ser influyente y seguir creciendo hasta alcanzar lo que hoy me parece muy inalcanzable”.
Ruth O. Herrera