Mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó por medio de su maravillosa gloria y excelencia; y debido a su gloria y excelencia, nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas promesas hacen posible que ustedes participen de la naturaleza divina y escapen de la corrupción del mundo, causada por los deseos humanos.
1° Pedro 1: 3 y 4 (NTV)
(Énfasis del autor)
Durante esta semana estuvimos reflexionando en la importancia de actuar como Papá espera de nosotros en las distintas situaciones que se presentan. Todos podemos vernos involucrados indirectamente en un conflicto ajeno.
Como ya dijimos, alguien nos cuenta su versión de los hechos y, sin pensar demasiado, podemos darle la razón. Por eso es fundamental disponerse a escuchar las dos versiones de un asunto de manera imparcial, y disponernos para facilitar el encuentro, la restauración, y mostrar el beneficio del acuerdo a pesar de…
Necesitamos sabiduría. La que viene del cielo, y esa sabiduría está disponible para todos. Dios solo espera que seamos lo suficientemente humildes para reconocer nuestras limitaciones y pedir ayuda divina antes de que lleguemos a necesitarla.
No te creas más sabio que los demás; respeta al SEÑOR y aléjate del mal, pues eso será como medicina para tu cuerpo y como un refresco para tus huesos.
Proverbios 3: 7-8 PDT
Como ninguno de nosotros está exento de cometer errores debido a nuestros defectos de carácter que salen a la luz cuando las presiones externas nos ponen a prueba, es necesario que nos ejercitemos en depender todos los días de Aquel a quien pertenecemos. No importa el lugar que ocupemos, ni el grado de consagración de nuestra vida que sinceramente hayamos decidido ofrecer a nuestro Señor. Al cristiano más ungido se le pueden “volar los patos” en algún momento”. Por eso el consejo de confiar en el Señor y no apoyarnos en nuestra propia prudencia está más vigente que nunca.
En el Antiguo Pacto, un tiempo en el que las personas no tenían la revelación plena porque el Hijo de Dios aún no había venido a la tierra y el Espíritu Santo no habitaba continuamente en nosotros. Ahora, tenemos los recursos que ni Abigail, ni David, ni Moisés ni Salomón tuvieron, ejemplos que compartimos en la semana.
Ya Cristo completó la obra en la cruz. Ya podemos vivir como a Él le agrada y bendecir a otros porque, como dice Pedro: “Mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó por medio de su maravillosa gloria y excelencia”
Sé que es una tarea difícil vernos de la manera que propone el apóstol Pedro, lo que hemos recibido para llevar una vida que agrada a Dios YA lo tenemos. Solo hay que dejar que fluya y actuar en consecuencia, aunque todo nuestro razonamiento nos incline en la dirección contraria. Estamos en el tiempo de la gracia y por el Espíritu Santo podemos vivir envueltos en Su poder y sabiduría.
Hacé lugar en tu espíritu para que esta realidad penetre profundamente y recordala una y otra vez. ¡Todo lo que necesitás ya lo tenés!
Mónica Lemos