No nos sigue

Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía.

San Marcos 9. 38 (RVR1960)
(Énfasis del autor)

El Señor tenía un grupo de discípulos que lo acompañaba a todos lados. Escuchaban sus enseñanzas, lo veían hacer milagros y también ellos participaban de sus obras. El texto que comienza este devocional está registrado en dos Evangelios, el de Marcos y el de Lucas. Los dos cuentan la misma historia.

Si leés apenas unos párrafos antes, los amigos de Jesús estaban discutiendo con los escribas porque un padre había llevado a su hijo que era atormentado por un espíritu mudo y ellos no habían podido expulsarlo. Jesús sí lo hizo y el muchacho quedó libre.

El grupo le preguntó al Maestro porqué ellos no pudieron echarlo fuera y Él les respondió. Más tarde, en el camino desde Galilea hasta Capernaúm, el Señor se dio cuenta de que estaban discutiendo. Cuando les preguntó el motivo, resulta que la disputa era sobre posiciones de privilegio. ¡Nada menos que quién sería el mayor entre ellos! 

Recapitulemos: Estos aprendices no habían podido expulsar un espíritu malo y además se enfrascaron en una discusión de poder. Estaban todavía en pleno proceso, muchas veces no podían hacer las obras de su Maestro y otras, tenían motivos mezclados, querían reconocimiento y poder humanos.

Por eso Juan le cuenta a Jesús que habían visto a uno que en el nombre de Él echaba fuera demonios y, como no era parte del grupo se lo prohibieron. El motivo eraporque no nos seguía”.

Todo el problema se resumía en que otra persona que no estaba con ellos obtenía resultados que ellos no pudieron tener. 

Acá me surgen algunas preguntas ¿Quién los autorizó para la prohibición? ¿Es posible que sintieran celos? ¿Inseguridad? En ningún momento se dice que hayan consultado con Jesús cuál era la decisión que debían tomar. Solo actuaron y luego Juan informó lo que habían hecho. La respuesta de Cristo los debe de haber dejado perplejos.

Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.

San Marcos 9. 39 y 40 (RVR1960)
(Énfasis del autor) 

Muchos años después, a veces la historia se repite. Alguien que tiene autoridad espiritual, directa o sutilmente puede prohibir o apagar la obra que otro hace en nombre de Jesús solo porque no encaja con su manera de actuar; porque su personalidad es diferente; por celos; por inseguridad propia o por deseos de mantener el control… en resumen, como dijo Juan: “porque no nos sigue.”

Sin embargo, es bueno tener en cuenta que nuestro Amado Señor tiene otra visión; que nuestro criterio siempre es y será limitado y que el único que conoce en profundidad el espíritu de las personas es Él.  Su respuesta es simple el que no es contra nosotros, por nosotros es.

Por eso, si Papá te ha dado un lugar de liderazgo pedile al Espíritu que te permita ver con Sus ojos a aquellos que tenés para inspirar y cuidar. Es posible que sean muy diferentes a vos y en esa diferencia está la riqueza del Cuerpo. Tu verdadera seguridad está en Cristo y la iglesia le pertenece solo a Él.

 

Mónica Lemos