Entonces Pedro, con los once, se puso de pie y dijo a voz en cuello: «Compatriotas judíos y todos ustedes que están en Jerusalén, déjenme explicarles lo que sucede; presten atención a lo que les voy a decir.
Cuando oyeron esto, todos se sintieron profundamente conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: —Hermanos, ¿qué debemos hacer?
Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas.
Hechos 2: 14; 37 y 41 (NVI)
Durante toda esta semana estuvimos hojeando el “diario íntimo de Pedro”. Bah, no tan íntimo porque fue publicado y leído por millones de personas. Además desde la perspectiva de cuatro escritores diferentes.
¡Gracias a Dios nuestras vidas no están tan expuestas!
El lunes te pedí que mantuvieras en mente la respuesta de Jesús al pedido de Pedro de que se alejara de él. ¿Te acordás?
¡De ahora en adelante, pescarás personas!
El proceso que este discípulo atravesó para que esto se cumpliera fue largo. Tuvo momentos en que el aprendizaje fue muy duro, ambivalencias, dudas, miedos, afirmaciones temerarias que luego no pudo mantener cuando las situaciones se pusieron complicadas, pero no abandonó en el camino.
En una oportunidad casi lo hace, pero el Señor resucitado vuelve a encontrarlo en su ambiente de trabajo, allí donde se habían conocido. Dialogaron de nuevo. Lo restauró y volvió a encomendarle la tarea. La única pregunta que le hizo fue si lo amaba. Y la respuesta siempre fue “Sí. Tú lo sabes”.
Jesús, antes de irse de nuevo al cielo les había ordenado a sus discípulos que estuvieran juntos y esperaran para recibir poder del Espíritu Santo para luego ser testigos en todas partes.
En el libro de Hechos capítulo dos viene el Espíritu y a continuación Pedro predica un mensaje. Hace un recorrido por las Escrituras menciona a Joel, David y Jesús y va estableciendo relaciones de contenido entre pasajes del Antiguo Testamento y la vida de Jesús hasta llegar a explicar de forma contundente el mensaje de Su obra redentora.
No hace ningún llamado. Al contrario, acusa a los presentes de haber crucificado al Mesías que tanto esperaban. Sin embargo, los asistentes se sienten profundamente conmovidos y son ellos los que preguntan qué es lo que tienen que hacer.
Reciben el mensaje, se bautizan y se unen a la iglesia tres mil personas, tal vez fueron más porque el texto dice “unas tres mil personas” como cuando alguien hace un cálculo aproximado…
Jesús cumplió la palabra que le dio a Pedro. En su conocido sermón de Pentecostés “pescó una multitud de personas”. Su historia no finaliza allí, también estuvo con Pablo y escribió dos cartas del Nuevo Testamento.
Pedro no fue nunca medalla al mérito, pero en él, como en vos y en mí se cumplirá la Palabra que dice:
Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. (Romanos 11.29 RVR60)
Pues lo que Dios da, no lo quita, ni retira tampoco su llamamiento. (Romanos 11.29 DHH)
Mónica Lemos

- Ora para que el Espíritu Santo traiga consuelo a los que han tenido pérdidas en la familia, la economía, los que han perdido la esperanza y la fe.
- Declaremos que toda mentira del enemigo que trajo desánimo, enojo o angustia sea cambiada por gozo, propósito y fortaleza por la verdad de la Palabra de Dios.
- Clamemos para que la Iglesia se levante para ser canal de bendición, sanidad y salvación.
