Preparados

Si el hacha se desafila y no se la vuelve a afilar, habrá que golpear con más fuerza. Vale más hacer las cosas bien y con sabiduría. ¿De qué sirve un encantador, si la serpiente muerde antes de ser encantada?

Eclesiastés 10:10-11

De chica disfrutaba mucho ir a la carpintería de mi papá y verlo trabajar transformando pedazos de madera rústica en mesas, camas y todo tipo de muebles. Muchas veces le pedía permiso para ayudarlo y casi siempre me daba la misma tarea: afilar los formones con una simple piedra de afilar, y cada vez que me lo pedía sentía una gran desilusión. Él en cambio, cuando preparaba sus herramientas de corte, usaba una peligrosa máquina a la que yo no podía acercarme… “la temida amoladora”. Lo que él hacía en apenas unos minutos a mi llevaba una hora o más… Mojar la piedra y mover de forma circular la herramienta una y otra vez no era mi tarea preferida. 

Cuando fui más grande, por fin pude comprarme mis propias herramientas para tallar y modelar madera, atrás quedaba el tiempo de usar las ajenas y estaba feliz con mi equipo y hasta me sentía una experta. Tallé 2 o 3 piezas con bastante destreza y sentía orgullo de mis herramientas… y de mí. Pero comencé a tener dificultades para seguir tallando y por más que me esforzaba no lograba dar forma a la madera. Entonces fui a hablar con el experto y le reclamé: “La madera que me diste es muy dura y está desafilando mis herramientas…”. Papá me miró y se sonrió. “Estás equivocada”, me dijo, “No podés tallar porque tus herramientas están desafiladas… y no invertiste en una piedra para hacerlo”. Tuve que reconocer que era verdad. Nunca me había gustado afilar sus herramientas y tampoco las mías. El problema no era la madera, tampoco los formones… el problema era yo y mi resistencia a  invertir tiempo y esfuerzo en prepararme para la tarea.  

Vos y yo somos instrumentos en las manos expertas de Papá, y es imprescindible estar preparados. Pagar el precio de dar de lo que Él nos dio primero. Entendiendo La Palabra, acompañando en intercesión, reunidos en unidad. Servir a Dios sirviendo a la gente. Alineados y abrazando los sueños de Dios para este tiempo.

Yo te necesito “afilado/a” y en sintonía con el Espíritu Santo para ver y alcanzar juntos la obra que Papa está diseñando. Mantenete en forma, desarrollá tu adiestramiento y ejercitá la fe. ¡Basta de sufrir las consecuencias de la improvisación!

Sea lo que sea, con lo que Dios te capacitó: dones y habilidades, no es suficiente si no estamos afinados y afilados interiormente, limpios para servirlo y adorarlo “con manos limpias y corazón puro”

Tu familia te necesita; la iglesia, tus hermanos, la comunidad te necesita, preparado, preparada para atravesar cualquier circunstancia en el obrar del Espíritu Santo. En la unidad y comunión con el Señor y la congregación. Siendo respaldo para ser respaldada/o. Dando para recibir.

Entonces Josué le dijo al pueblo: «Purifíquense, porque mañana el Señor hará grandes maravillas entre ustedes». Por la mañana, Josué les dijo a los sacerdotes: «Levanten el arca del pacto y guíen al pueblo hasta el otro lado del río». Así que ellos se pusieron en marcha y fueron delante del pueblo. El Señor le dijo a Josué: «A partir de hoy, empezaré a convertirte en un gran líder a los ojos de todos los israelitas. Sabrán que yo estoy contigo, tal como estuve con Moisés.

Josué 3:5-7 TLA

Ruth O. Herrera