¿Qué ves?

Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.

Salmo 121: 1-2 RV1960

Venimos meditando en el levantar los ojos al cielo… de donde viene el socorro. Pero hay otro aspecto para pensar juntos y es que, a la vez,  no pierdas esa capacidad de mirar como ve Dios, y la única manera de ver como ve Dios es estar con Él.

Todos debemos ser capaces de distinguir nuestros pensamientos y, a la vez, de dar apertura y libertad al Espíritu Santo para que nos hable. Lograr la claridad de no mezclar lo netamente nuestro con lo divino. Por eso cuando en la adoración soltamos los problemas delante del Señor somos arrastrados desde el propio yo y todo lo que nos aflige al amor hacia Él, entonces algo en nuestro interior se destraba. Es cuando se produce algo nuevo y recibimos cosas que antes en la preocupación no podíamos recibir; incluso en la voluntad de nuestras fuerzas tampoco podíamos recibir

El adorar en intimidad y comunión tiene que ver con esto, con aprender a ver de un modo diferente.

Yo agradezco al Señor porque hay personas que ven donde otros somos ciegos. Es bueno no conformarse y no transformarse en un religioso, porque el protocolo que debo cumplir para la religión no es suficiente para ser feliz. Puedo ser un buen chico, podés ser una buena chica, pero no es suficiente. Dios te va a seguir amando, tomes esta palabra o no la tomes, y te va a seguir esperando en un rincón de tu corazón para darte la posibilidad de que te brindes a Él

Pastor Hugo Herrera

El refrán dice: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, y es una gran verdad.

“En India desde el año 2018 alrededor de cuatro millones de personas han dejado de ser considerados oficialmente ciegas por la decisión del Ministerio de Salud de actualizar la norma sobre los criterios utilizados para determinar la calificación de una persona como invidente, indicó hoy a Efe una fuente oficial.

El Ministerio de Sanidad indio decidió que desde el lunes se apliquen los criterios seguidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para definir a un invidente, lo que en términos prácticos supondrá la reducción de 12 millones a 8 millones el número de ciegos en el país.

“Hasta ahora en la India se entendía que alguien era ciego si no podía contar dedos a seis metros de distancia, pero el criterio de la OMS especifica que son tres metros, con lo que hemos pasado de 12 a 8 millones de ciegos”, explicó a Efe V. Rajshekar, comisionado adjunto del Programa Nacional de Control de la Ceguera de la India.

A pesar del ajuste y para evitar dejar en la cuneta a esos 4 millones de indios que sufren severos problemas de visión pero que ya no pueden considerarse ciegos, el Ministerio de Salud ha decidido cambiar también su programa contra la ceguera para no excluirlos.”

Servicio de Información sobre Discapacidad – INICO. España

Me impactó esta noticia en la que por ley determinan quién es o no es ciego, como si esta ordenanza ampliara la visión de quienes no ven 6 dedos a simple vista. Al leerla comencé a mirar por la ventana hacia la plaza que está en frente y traté de distinguir los detalles más chiquitos de los chicos que jugaban futbol. Me asombré al distinguir qué clase de botines usaban y algún que otro detalle de la pelota, pero me di cuenta de que al enfocarme en los detalles me perdí la oportunidad de ver quién hizo el único gol del partido.

¿Dónde estaba mi atención? En ver las cosas que menos importaban en el juego.

¿Qué veo cuando veo? Así me pasa en muchas otras cosas y circunstancias en las que, por ver lo menos importante pierdo lo de valor.

Cada persona tiene un criterio distinto de lo que significa ver… y a qué prestarle más atención. Y cuando hablamos del evangelio no es distinto porque cada cristiano tiene su propio lente. Por eso es imprescindible, como destacó nuestro pastor: Lograr la claridad de no mezclar lo netamente nuestro y lo divino.

Ver lo que Dios muestra, su deseo y voluntad debería ser el parámetro… (La ordenanza) que nos revele realmente Su Presencia.  Ver y reconocer el poder que nos levanta, el Padre que nos abraza y el amor que nos perdona es lo que cambia nuestra visión y nos enfoca en la promesa que puede restituirse cada día:

Fíjense, voy a hacer algo nuevo. Eso es lo que está pasando ahora, ¿no se dan cuenta? Haré un camino en el desierto y ríos en tierra desolada.

 Isaías 43:19 PDT

            Ruth O. Herrera