Señales de Alerta: No Ignorar lo que Dios Nos Muestra

«Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayó la lluvia, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca».

Mateo 7:24-25 

¿Alguna vez te pasó que un auto te empezó a dar señales de que algo andaba mal, pero lo ignoraste hasta que se rompió? Tal vez una luz en el tablero, un ruido raro, un golpeteo… Pero seguiste adelante, hasta que un día el auto se paró y ya no hubo más opción que llevarlo al mecánico.

Algo parecido me pasó a mí, pero con mi cuerpo.

No hubo síntomas previos evidentes, no me sentí mal antes de la trombosis. Pero cuando el dolor llegó, fue insoportable. Era como si mi cuerpo hubiera estado enviándome advertencias silenciosas durante años, pero yo no las había escuchado.

Dios muchas veces nos advierte antes de que algo grave pase. Nos habla a través de pequeñas señales, a través de Su Palabra, de otras personas, incluso de circunstancias. Pero cuando ignoramos esas señales, tarde o temprano las consecuencias llegan.

Jesús habló sobre esto cuando contó la parábola del hombre que construyó su casa sobre la roca y el que la construyó sobre la arena. La diferencia entre los dos no fue la tormenta (porque ambos la enfrentaron), sino cómo estaban preparados para soportarla.

Dios no quiere que vivamos improvisando, esperando a que el dolor nos detenga. Quiere que seamos prudentes, que prestemos atención a las señales de alerta y que construyamos sobre fundamentos sólidos.

Hoy te desafío a hacerte estas preguntas:

¿Hay áreas en tu vida donde Dios te ha estado dando señales de alerta y las has ignorado?

¿Hay hábitos físicos, emocionales o espirituales que te están dañando y necesitas cambiar antes de que las consecuencias sean más graves?

¿Estás construyendo tu vida sobre la roca de la obediencia a Dios o sobre la arena de la comodidad y el descuido?

Ignorar una luz en el tablero no hace que el problema desaparezca; lo agrava. No esperes a que sea demasiado tarde para hacer los cambios que Dios te está mostrando hoy.

 

Jonny Lewczuk