El Señor es mi pastor, nada me falta. Me lleva a descansar a prados verdes, y me conduce a manantiales de agua fresca. Él renueva mi alma. Me lleva por buenos caminos para mostrarme lo bondadoso que es.
Aunque pase por caminos oscuros y tenebrosos, no tendré miedo porque tú estás a mi lado; tu vara y tu bastón me reconfortan.
Me preparaste un banquete delante de mis enemigos; ungiste mi cabeza con aceite, has llenado mi copa hasta rebosar.Tu bondad y tu fiel amor estarán conmigo toda la vida, y entraré a la casa del Señor para quedarme allí para siempre.
Salmo 23. Versión Palabra de Dios para Todos.
Al leer una vez más el salmo me pregunte: ¿qué estaría viviendo David para escribir una canción tan conmovedora? Durante su vida experimentó situaciones extremas. Su adolescencia como pastor lo preparó para competir en el campo de batalla, fue siervo del rey, de quien después tuvo que huir, vivió escondido con los reos más bravos como si fuera uno de ellos, reinó y tuvo toda clase de riquezas y pudo darse los gustos más extravagantes. Fue un adorador nato y un pecador consciente, volvió a ser perseguido por su propio hijo, y en la sequedad espiritual más absoluta buscó reiniciar su comunión con Dios una y otra vez, experimentando su presencia. Y cada situación en su vida la dejó plasmada en un salmo.
Al estudiar este salmo, encontré diferentes opiniones de distintos comentaristas bíblicos, algunos creen que pudo haber sido escrito cuando su hijo Absalón se rebeló, y David tuvo que huir del trono; una terrible situación de deslealtad, tristeza y desamparo, que relata 2.° Samuel en los capítulos 15 al 18. Otros opinan que estaba huyendo de Saúl, una terrible circunstancia de vida, al escapar de las manos de un rey que buscaba matarlo y vivió por fuerza en el destierro de un reino que le pertenecía por derecho divino. Sea cual fuera la situación, al encontrarse en un tiempo difícil, evocó su época de pastor. Recordó que en la tierra de Israel existe un valle que se llama “el valle de la sombra de la muerte”. Comienza entre Jerusalén y Belén, y está aproximadamente 822 metros sobre el nivel del mar donde hay un pequeño manantial que viene de la ladera y así comienza un pequeño riachuelo. Este barranco o cañón es llamado así porque es muy oscuro y cerrado en su parte más baja, y al llegar el mediodía comienza a oscurecer, con cuevas y lugares muy lúgubres. Un lugar donde había osos salvajes, asaltantes y lugares muy empinados donde las ovejas podían caer. David sabía que el pastor, usaba su vara de una manera experta, para sacar su rebaño del valle de sombra y muerte hasta llevarlo a los pastos dulces.
Para nosotros es difícil entender cómo la vara y el cayado puede infundir aliento. David, como pastor, usaba su vara y cayado de esta manera: las ovejas pasaban por debajo de su cayado para ser contadas. Usaba su vara por un lado y el cayado por el otro para espantar a los perros o animales que podrían asustar a las ovejas. Usa esta misma idea y expresión en el salmo 110: 2 al escribir: «Jehová enviará desde Sion la vara de su poder; domina en medio de tus enemigos».
Aunque pase por caminos oscuros y tenebrosos, no tendré miedo, porque tú estás a mi lado; tu vara y tu bastón me reconfortan.
Salmo 23: 4 PDT
¿Cómo sería tu versión personal? Mi propia versión del versículo 4 hoy es:
“Aun en los momentos más tristes y oscuros, aunque la muerte esté cerca, puedo soportarlo si estás conmigo, porque como un pastor amoroso me cuidás y renovás mis fuerzas”.
Ruth O. Herrera