»Yo soy Dios desde el principio, y lo seré hasta el final. Nadie puede librarse de mi poder,ni deshacer lo que yo hago».
Isaías 43:13 TLA
Hace algunos años atrás Papá fue absolutamente generoso y nos dio una Palabra en la que nuestra iglesia se afirmó.
Seguro conoces esta canción si sos parte de esta congregación y la cantaste no solo en los cultos… también su melodía te acompañó muchas veces.
Cuando en un tiempo de búsqueda El declaró su soberanía y dijo: “YO SOY EL DUEÑO DE ESTA CASA” no hubo nada… ni una palabra para agregar. Así que poco después su Palabra se hizo canción y desde entonces Papá sigue marcando territorio en nuestra iglesia y nuestras vidas.
Dios hace lo que quiere en el cielo y en la tierra, en el mar y en sus profundidades. Dios nos trae las nubes desde lo más lejano de la tierra. Dios nos manda los relámpagos que anuncian la lluvia. Dios saca el viento del lugar donde lo tiene guardado.
Salmo 135:6-7 TLA
Él es soberano y no podemos luchar o resistirnos por nuestros propios criterio o ideas. Sé que muchas veces no entendemos y “no nos da la vida” para esperar algunas respuestas.
Pero ¿Quién puede luchar contra el viento? ¿Quién puede cambiar el cause del mar?
Hombres y mujeres a lo largo de la historia renegaron y reniegan de su Soberañía y gastan esfuerzos en sostener doctrinas y argumentos sin ningún resultado real y duradero. Pero también hubo personas que reconocieron que Dios es Dios y sus vidas son impactantes.
Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
Génesis 22:2 RVR
¿Te preguntaste alguna vez cómo pudo Abraham obedecer a Dios cuando le pidió sacrificar su único hijo?
El lugar del sacrificio estaba a tres días de viaje… Abraham tuvo tiempo de sobra para meditar sobre la estrategia, el dolor, la respuesta que tendría que darle a Sara, su vejez y la pérdida de una promesa de esperanza.
En nuestra cultura esto es impensable porque los sacrificios no eran solo muerte, eran muertes terribles.
¡Cuántas veces lo había hecho antes! Pero esto no coincidía con el Dios que conocía y adoraba.
En ese terrible acto de obediencia Dios mostro su absoluta soberanía y la aceptación de Abraham en una obediencia extrema.
Pero tranquilo…. Tranquila, estamos en la era de la gracia y Dios ya mostro su amor incondicional, Él sí ofreció a su hijo y demostró también así su absoluta soberanía.
Pero esto no nos excluye de aceptar, vivir y obedecer bajo su voluntad, y más de una vez tener que sacrificar lo que es de mucho valor para nosotros.
Cada día tengo que decidir ofrecer algo que me distrae, obstaculiza y hace mediocre mi amistad con Cristo, y reconozco que muchas veces mi Isaac queda intacto.
Te propongo que vuelvas a escuchar Dueño de la Casa, que te sometas a la declaración de la letra y detectes tus Isaac, esas cosas, proyectos, personas que ocupan el lugar del Dueño.
Comenzá esta semana declarando:
Señor Jesús yo confieso con mi boca que Tú eres el Señor y creo que Dios mismo te levantó de los muertos, yo creo firmemente en ti, necesito que mi vida cambie día a día. Señor, quiero seguirte, ser renovado cada vez que me inclino ante vos, hacé la obra que querés hacer en mí.
Ruth O. Herrera