Todo tiene su momento oportuno; hay tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.
Eclesiastes 3:1 NVI
Es algo cotidiano: hay cuestiones que son urgentes, y en el resolverlas nos quitan el tiempo y la fuerza para lo realmente importante. Nos pasa en el ámbito profesional y también en el personal. Pensá por un momento en lo fácil que es que las cosas que no tienen mayor relevancia se interpongan en lo verdaderamente importante de tus relaciones.
¿Cuántas veces nos distraemos con cosas pasajeras y se nos pasa el día sin conectarnos, hablar o estar con las personas valiosas para nosotros?
El problema que tenemos con el asunto de valorar las relaciones personales no está en lo que se sabe, sino en lo que se hace.
Puede pasar que nos levantamos decididos a leer la Biblia, pero si lo hacemos desde el celular las noticias y las redes son un verdadero peligro…
Lo mismo pasa cuando hablamos con otra persona, recuerdo que una amiga me estaba contando algo muy importante para ella, pero mi cabeza luchaba entre su relato y la hora de mi siguiente reunión y lo que todavía tenía que preparar para ese compromiso. No era falta de cariño o menosprecio por su situación, pero me falló la prioridad.
Los hijos, los padres, esposo o esposa, los hermanos y amigos son lo más importante… Pero no siempre se refleja eso en lo cotidiano.
Leyendo a un autor sobre el tema “prioridades y relaciones”, relataba lo dificil que le resultó escribir su artículo en el que era “experto”. Es que su esposa lo interrumpió para hablarle de algo que era muy importante para ella y su primera respuesta fue enojarse e irritarse porque no le daban “los tiempos de entrega”. Finalmente, ella lo enfrentó con su misma moneda y por días no pudieron recomponer la relación.
No siempre nos pasa, pero sí nos sucede, por eso pensar en esta realidad es urgente y la única manera de cambiar nuestras prioridades es empezando a tomar decisiones diferentes en cuanto a las relaciones personales.
Por ejemplo: ¿Qué es lo primero que pensás en la mañana? ¿En tu calendario cuál es tu prioridad y por qué? ¿Cuál es el tema del que más hablás durante el día y con quién? ¿Cuál es la película favorita o la ultima que vió tu hijo/a, mejor amigo/a?
Estás son prguntas muy sencillas que a veces tienen respuestas incompletas.
Si tus hijos son menores son más faciles de responder, pero si tienen más de 25 años…
En esto Jesús fue y es un experto… Él lo enseñó y vivió tal cual.
Él nos enseña cómo tomar decisiones diferentes. Y lo que nos enseña necesita solo dos oraciones para decirlo, pero toda una vida para ponerlo en práctica: Ama a Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas. ¡Eso es todo!
Ni a vos ni a mí, a nadie le gusta la falta de atención, la poca predisposición para relacionarse cuando buscamos al otro… El tiempo bien dedicado a nuestros semejantes puede ayudarnos a tener mejores relaciones y disfrutar de aquellos que Dios puso para nosotros.
Ruth O. Herrera
