Tu batalla es mi batalla

Hubo de nuevo guerra de los filisteos contra Israel. Descendió David con sus siervos, y mientras peleaban contra los filisteos, David se cansó.     … pero Abisai, hijo de Sarvia, vino en su ayuda

2° Samuel 21:15, 17ª  BLA

(Énfasis del autor)

 

David era un guerrero, por lo que podemos deducir que muchas veces el cansancio lo debe haber invadido. Su intensa vida lo llevaba de una situación de paz a otra de guerra con mucha frecuencia. 

El pasaje que nos ocupa así lo demuestra. “una nueva guerra”, otra situación de stress encontró a David frente a los filisteos.  Ya como un hombre entrado en años, seguramente su agilidad y vigor no lo asistían como antes, pero su ejército era su garantía. Lo consideraban su líder y lo seguían con convicción. En medio de la batalla, alerta y atento a David estaba uno de sus jefes de ejército, un compañero cercano, un amigo, el valiente Abisay, listo para ayudarlo.

 

Abisai, hermano de Joab, era el líder de los Treinta. En una ocasión usó su lanza para matar a trescientos guerreros enemigos en una sola batalla. Fue por hazañas como esta que se hizo tan famoso como los Tres. Abisai era el comandante y el más famoso de los Treinta, aunque no era uno de los Tres.

1° Crónicas 11: 20-21 NTV

 

Este era un soldado muy destacado, tanto que estaba por encima de Joseb Basébet, Eleazar y Sama, que fueron los tres  que se infiltraron en la fortaleza filistea para buscarle agua a David porque tenía mucha sed. No hay duda que Abisay era alguien cercano y muy fiel al rey. 

Generar esta fidelidad, mantuvo con vida a David más de una vez, su cansancio era respaldado por quienes lo admiraban, y era el resultado de que en diversas ocasiones, cuando los cansados y debilitados eran otros, él los comprendía y respaldaba. 

 

Y vino David a los doscientos hombres que habían quedado cansados y no habían podido seguir a David, a los cuales habían hecho quedar en el torrente de Besor; y ellos salieron a recibir a David y al pueblo que con él estaba. Y cuando David llegó a la gente, les saludó con paz.

1° Samuel 30:21 RV 1960

 

Así es como actúa un líder, haciendo por los demás lo que seguramente, en algún momento, necesitará que  hagan por él. Ocupado en los otros, atento a sus vidas, dispuesto a  ayudarlos y fortalecerlos. Y es justamente a esto  que fuimos llamados, a perfeccionar, respaldar, amparar, estar tan cerca como sea necesario para acompañar en las batallas a nuestros hermanos y compañeros de ministerio y áreas de servicio. Estar dispuestos y atentos a matar junto a quien lo necesite a sus gigantes.

 

¿Tuviste cerca algún líder que te ayudó en el momento oportuno a destruir tus  gigantes?

Si fue así su ejemplo te puede animar a que vos seas también alguien leal y cercano a tus hermanos y equipo de trabajo cuando te necesiten.

 

Por experiencia propia sé lo valioso que es tener compañeros y amigas de oración, gente que supo callar o hablar oportunamente, orar y batallar cerca de mí.

 

¿Cuántas veces mataste gigantes ajenos? Te aseguro que, aunque muchas veces puedas sentir el peso del otro, no hay mayor recompensa de hermandad que ver a otros tener victoria y ser parte de ella.

 

La Biblia da muchos ejemplos que nos inspiran a ser parte de la solución que otros necesitan… Jesús es nuestro mayor ejemplo.

 

¿A quién estás defendiendo hoy? ¿Qué batalla ajena estás librando en oración?

 

Ruth O. Herrera