«El mensaje está muy al alcance de la mano, está en tus labios y en tu corazón». Y ese mensaje es el mismo mensaje que nosotros predicamos acerca de la fe: Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres hecho justo a los ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo.
Romanos 10: 8b-10 NTV
La Palabra se hace carne en tu vida en la obra del Espíritu Santo, puede fluir en tu boca y en tu corazón para que la cumplas, no está lejos, no es difícil alcanzarla para ser edificado y para que la puedas entregar, porque siempre es bueno darla a otros. Tenés que creer en Aquel que te llamó y te entregó también un mensaje poderoso.
Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.
Deuteronomio 30: 15-16 RV 1960 (Énfasis del autor)
No pierdas de vista amar a Dios, atender Su voz y seguirle, a pesar de toda circunstancia. Porque tenés que invertir tu vida en las mejores situaciones y en las más difíciles.
En la vida, muchas veces hay cosas que no nos gustan y no queremos pasar, pero esas cosas son las que abren nuevos caminos, y podemos descubrir nuevas puertas abiertas. Por eso, cuando experimentás el sufrimiento tenés que perdonar, una decisión que no es placentera, pero… si amás al Señor y atendés su voz y decidís seguirlo como Él quiere, entonces como dice Romanos: “todo es para bien de los que aman verdaderamente al Señor”
Sos su hijo, si algo nos rompió tu corazón, cuando termine del sufrimiento vas a ver más claramente el fruto de que Dios está trabajando en tu vida. Hay cosas que quebrantaron tu alma, pero esas mismas cosas te harán fuerte para dispersar las nubes. Nada de lo que ha pasado en tu vida está lejos de la presencia de Dios.
A veces Él te hará destrozar expectativas, así que no pongas tu luz debajo de la cama porque eso será tu propio techo.
Si Dios te entregó un mensaje, invertí tu vida de manera práctica.
Si Dios te dio dones, por más simple que los consideres, ponelos por obra.
Si recibiste el don de servir, andá y ofrecé tu servicio a otro, no esperes a que el otro te lo pida.
Si alguien te dice: “lleva mi carga una milla, ofrecete a llevar la segunda milla”
Estás en una posición diferente, estás en una perspectiva de servicio y de gozo. Así es como tu vida tiene sentido. Empezá a crecer de una manera más contundente, sentír diferente… porque Dios hizo en vos una gran inversión.
Pastor Hugo H. Herrera