Cuando Jesús vio la gran confianza que aquellos hombres tenían en él, le dijo al paralítico: «Amigo, te perdono tus pecados.»
Marcos 2: 5
Desde la semana pasada que vengo pensando ejemplos de situaciones que demuestran amor… ese amor extremo que te perdona siempre y te da nuevas oportunidades todo el tiempo.
Como en la historia del Padre y del hijo en la parábola del “hijo prodigo”, que significa “el hijo perdido”
¿Pensaste cuántas veces te perdonan a vos?
Yo sí y recordé algunas situaciones que viví cuando era chica.
Las veces que mentí y nadie se enteró pensaba que… me había salido bien. Pero después, cuando pensaba mejor lo que había hecho, me daba cuenta que no estaba bien, aunque nadie se había dado cuenta yo lo sabía.
Pero lo que me ponía triste era imaginarme que Dios me observaba con ojos enojados y cara seria, y pensaba: “…claro, los dos sabemos que lo que hice no está bueno”.
Es verdad que a Jesús no le gustaba cuando hacía cosas que no están buenas, como mentir, pelear, si desobedecía a mi mamá o papá, hacía lío en el cole y todo eso, pero aprendí que Jesús no me miraba con cara de enojo.
Antes, ahora y siempre me sigue mirando con amor, siempre me perdona cuando me arrepiento.
Y esto es para todos… para vos, para todos los chicos y chicar y todos los grandes. Jesús siempre nos ama y nos perdona.
Lo que más desea es que nos demos cuenta de lo que hicimos y está mal. Y nos ayuda a cambiar de actitud, perdir perdón, y mejorar.
Él me ama y te ama SIEMPRE. Me mira y te mira con amor SIEMPRE.
Como en la historia del paralítico, que aunque no lo dice, como todos seguro se habría equivocado muchas veces. Pero Jesús no le preguntó nada y directamente lo perdono.
A vos y a mí nos cuestan portarnos bien siempre y más nos cuesta identificar que cosas estamos haciendo y no son buenas. La Biblia las nombra como “pecado”.
Pero cuando decidimos ser sus amigos Él se queda a nuestro lado siempre y a través del Espíritu Santo nos ayuda a poder identificar cuando lo que hacemos no es bueno.
Por eso tenemos que orar todos los días y pedirle que nos ayude, y tambien leer la Biblia que tiene muchas historias que cuentan de Su amor.
¡Que bueno tener un amigo que nos ayude a ser mejores!
¡Gracias Jesús por decirle al Espíritu Santo que nos ayude todos los días!