¡Esto de crecer esta bueno…!

¡Ya hay un montón de cosas que siempre quise hacer y ahora puedo hacerlas solo!
A mi no me gustaba mucho ir con mi mama al almacén, ella se encontraba con todas las vecinas
y charlaba un montón y yo ahí súper aburrido. Ahora, como crecí, cuando sale ya me puedo me
quedar solo.

Mi mama sabe que aunque sigo siendo chico, ya se que algunas cosas puedo hacer y otras no.
¿Y vos qué haces ahora que estas mas grande?

Obvio ya no usas pañales, te bañás solo o sola, podés ayudar al levantar los platos después de
comer, cuidar a tu mascota, entre muuuchas otras cosas.

Todos vamos creciendo. ¡¡¡Mi primo que ya tiene catorce años, como es más grande me cuenta
que en el secundario tiene materias diferentes. Si… ¡¡¡CATORCE!!!

No lo podía creer, yo con muchas menos materias ya me mareo. Nunca me acuerdo cuando
llevar la carpeta de matemática o cuando llevar mas agua el día que tengo educación física…

¡Jajajaa. Muchas veces llevo 2 botellitas y ese día no era! ¡Imagínate con catorce materias! Creo
que no podría acordarme de todo.

Esto de crecer y hacer cosas nuevas no solo me pasa en mi casa o el cole.

Este último tiempo me paso algo parecido con todo lo que vengo aprendiendo sobre Dios… No lo
tengo divido en materias pero siento que es un monto de info nueva y me re gusta, y no quiero
perderme de nada.

Por eso no dejo de buscar en la Biblia otras histórias. Todo me parece tan importante, porque
todos los que la escribieron conocían mucho mucho a Dios y Él los ayudó a escribir para que yo
hoy lo sepa y pueda vivir sabiendo, por ejemplo: El me ama.

El devocional de hace dos semanas me encanto… el que hablaba de “La armadura de Dios”,
pero resulta que todavía me falta aprenderme las cosas de memoria.

Son como muchas cosas.

El tema es que un día estaba en colegio, unos chicos estaban cargando a otro, sí, si… era muy
feo ver a unos chicos burlándose y a otro compañero que estaba solo. Algo dentro de mí, me
hizo querer ayudar a ese chico, así que levanté la voz y les dije que no lo hicieran más, que no
estaba bien lo que estaban haciendo. Al principio me miraron un poco mal pero después se
fueron para otro lado y yo me sentí super contento. Yo estaba parado solo en el patio, pero
cuando vi lo que pasó me di cuenta que “yo no estaba “Solo” en ese momento… y es que me
sentí muy acompañado porque el Espíritu Santo me ayudaba. ¿Te acordes que ya hablamos de
Él?

Si bien yo no pude recordar y contar lo que había leído sobre “El calzado de la paz” lo pude
poner en práctica… y eso no fue solo porque lo había leí. Sin duda es porque Él está conmigo
ayudándome a recordar y hacer todo lo voy aprendiendo.

Esto es porque estoy creciendo, cada vez tengo más conocimiento de Dios, pero no quiero
quedarme solo con el saberlo porque más que nada quiero hacer lo que Dios enseña.
¿Estas dispuesto a poner en practica todo lo que aprendemos?

¡Que bueno que contamos con el Espíritu Santo, para que nos ayude a recordar todo lo que
aprendemos!