Jesús dijo: Yo te llamo; si oís mi voz y me abrís la puerta voy a entrar en tu casa y cenaré con vos.
Apocalipsis 3:20
A Sofía le encanta cocinar. A ella le gusta hacer tortas o algunas galletitas. Eso lo hace muy bien. Le gusta sorprender a su familia, por eso a veces hasta hace algunas tortas sin horno, de esas que se hacen en el microondas para no prender el fuego y poder sorprender a su mamá. Sofía lo hace con mucho amor.
Al hacerlo, por supuesto, espera que a los demás les guste y está muy atenta esperando que cuando su familia lo coma, descubran todo el amor que puso en esa torta.
No solo cocina muy bien, sino también hace dibujos hermosos. Suele decorar toda la casa haciendo carteles y algunas veces durante la noche y de sorpresa los pega en las paredes, para que a la mañana siguiente, en el desayuno, puedan verlos.
Todo lo hace con mucho amor y siempre espera que su familia lo disfrute.
Cuando veo todo lo que se esfuerza Sofi por su familia me acuerdo de Jesús. Él también hacía todo con mucho amor y no perdía ninguna oportunidad para demostrarlo a todos los que lo rodeaban.
Todo lo que Él hizo y lo que hace es con mucho amor. No deja de demostrarme su amor. Puedo verlo cuando me levanto a la mañana y veo que el sol salió, puedo verlo cuando tengo disfruto el desayuno o algo para almorzar. Sé que Jesús está conmigo. Cuando puedo compartir algo que tengo con otra persona que no tiene, o cuando me falta algo y otro me lo comparte, sé que son las buenas ideas que Jesús me enseñó.
En la Biblia leo y reconozco todos los milagros que hizo por amor.
¡Jesús me ama y me cuida y quiere llamar mi atención para que descubra cuánto me ama! Pero no me obliga a quererlo… y eso me parece genial…. Me da la posibilidad de poder decidir si quiero compartir mi vida con El.
Jesús me cuida y quiere estar conmigo porque me ama, pero me deja elegir si quiero seguir conociéndolo cada día más. ¡Eso me encanta!
Sofía hace sus tortas mostrándome su amor y cada día me sorprende, y me encanta comerlas, por eso decido aceptar todo lo que ella hace por amor. ¡Lo mismo me pasa con Jesús!
Jesús hace todo por mí, me cuida y quiere que sea feliz… ¿No es buenísimo?
Yo decido orar, leer la Biblia, ayudar a otros y así acercarme y poder estar cada día más con Él.
Me acuerdo que cuando era chica y llegaba un nuevo chico o chica a la escuela yo les preguntaba… ¿Queres ser mi amiga, mi amigo? Así empezamos a conocernos.
Jesús hoy hace lo mismo y te dice: ¿Querés ser mi amigo? Estoy segura que está esperando tu respuesta!
¡Si decidís ser su amigo, amiga, Jesús va a ser muy feliz!