¡Qué miedo da cuando es de noche y se corta la luz!
No se ve nada. Si vas a buscar el encendedor o los fósforos, seguro que te chocás con algo… ¡y hasta te podés lastimar!
Y no es que estés ciego, sino que, cuando hay luz, podemos ver el peligro. También se ven los juguetes tirados, los cuadernos fuera de la mochila, las zapatillas fuera de su lugar…
Si tenemos todo desordenado y se corta la luz, lo más probable es que nos tropecemos con algo, nos lastimemos o rompamos algo al pisarlo.
¿Te acordás del devo de la semana pasada? Hablamos de los sentidos. Y “ver” es uno de ellos.
En una de las cartas que escribió el discípulo de Jesús llamado Juan, leemos lo siguiente:
Jesucristo nos enseñó que Dios es luz, y que donde Dios está no hay oscuridad. Éste es el mensaje que ahora les anunciamos.
Si decimos que somos amigos de Dios y, al mismo tiempo, vivimos pecando (o sea, haciendo cosas que no están bien), es como mentir, porque no obedecemos a Dios.
Pero si continuamos viviendo en la luz, como Dios vive en la luz, tenemos comunión unos con otros (podemos llevarnos bien con todos).
— 1ª Juan 1:5-6
¿Y qué significa “Dios es luz”?
Significa que Él nos ayuda a darnos cuenta de lo que está bien y de lo que está mal. Cuando hacemos lo que Jesús enseñó, es como ver mejor cómo nos estamos comportando. Y así, podemos empezar a hacer cosas buenas.
Jesús se pone muy feliz cuando reconocemos que nos equivocamos: cuando tratamos mal a alguien, cuando desobedecemos, cuando decimos una mentira… todas esas cosas que no están buenas.
Él ayudó a muchísimas personas a cambiar su actitud y dejar de hacer lo malo. Por eso dijo que «era la luz del mundo».
Jesús nos ayuda a ver con claridad lo que está bien y lo que no.
Y cuando empezamos con esta práctica, ¡nada ni nadie nos va a parar! Basta de miedo, basta de pelear, basta de desobedecer…
Así empezamos a ver a nuestros compañeros y amigos como los ve Jesús. Podemos orar por ellos, entender qué necesitan.
Dios nos llamó a ser personas que ayudan a otros. Eso es como alumbrarlos, para que también vean lo bueno.
La Biblia lo llama: “hijos de luz”.
Hoy es tu momento.
Somos muchos los que ya sabemos lo que significa que Jesús es luz. Así que… no te quedes en la oscuridad.
Y si te das cuenta de que hay cosas que estás viendo o haciendo que no están buenas, es como encender una luz y dejar de tropezarte.
¡No tengas vergüenza! Hablalo con tu mamá, tu papá o algún maestro de la Escuela Bíblica. Ellos están para ayudarte.
Nuestros compañeros del cole, del club, del barrio… tal vez ellos necesiten tu ayuda, una palabra de aliento, un consejo, ¡o hasta un caramelo!
Eso es tener comunión con los demás.