Las personas grandes tienen que madurar como gente garnde y tener buenos pensamientos como los los niños
Paráfrasis 1* Corintios 14:20
Una de las aplicaciones que tengo en mi teléfono me mostro algunas fotos de mis hijos cuando eran chiquitos. Cuando las vimos con mi hija me pido que le cuente algunas anécdotas de esos tiempos. Nos reímos un rato y juntas notamos el paso tiempo.
¡Qué diferentes eran las cosas que hacia cuando era una bebe!
No solo su cuerpo cambio, hoy hay un montón de cosas que antes no podía hacer y ahora sí.
El tiempo pasa tan rápido que ya está terminando la primaria y no necesita mi ayuda para hacer su tarea. Elije sola su ropa, y aunque sabe atarse los cordones… a cada rato se le desatan y nos pide ayuda.
Amo ver como crece, y como familia la ayudamos a crecer.
Entendemos que hay cosas que ya logró y otras les cuesta un poco más y las resolvemos juntas.
A medida que pasan los años crecemos en altura, algunos un poco mas otros un poco menos… pero desde que nacemos y dejamos de ser bebe cambiamos tooooodeo el tiempo.
Cambia nuestro cuerpo, aprendemos a caminar, hablar, cambian nuestros gustos, nuestra manera de pensar, aprendemos cosas nuevas y diferentes.
No solo crecemos en estatura…. Todos los días podemos aprender algo más, y la Biblia lo llama “sabiduría”.
A Dios que es nuestro Papa, le importa que nosotros podamos crecer también en nuestra relación con El. Y a esto lo podemos llamar nuestra “vida espiritual”.
Sí… le interesa muchísimo que cada día que pasa aprendamos más de Jesús, y que que podamos recordarlo cuando lo necesitemos, que no seamos como “bebes espirituales”
Es buenísimo que cada vez conozcamos mas sobre Jesús.
Como en todo lo que aprendemos en la vida, hay cosas que quizá podemos recordarlas e incorporar más rápido a nuestra vida. Y otras nos cuenta más.
Pero, así como estoy yo para ayudar a mi hija a atarse los cordones, así esta el Espíritu Santo para ayudarnos a recordar todo los que aprendimos, o lo que necesitamos.
Somos familia, somos iglesia, crecemos juntos.