Los regalos que hacen felices a otros…

Cuarenta días después de que Jesús nació, sus padres lo llevaron al templo de Jerusalén para presentarlo delante de Dios

Ese día, el Espíritu Santo le ordenó a Simeón que fuera al templo. Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios diciendo: «Ahora, Dios mío, puedes dejarme morir en paz.» ¡Ya cumpliste tu promesa! Con mis propios ojos he visto al Salvador, a quien tú enviaste y al que todos los pueblos verán.» Él será una luz que alumbrará a todas las naciones, y será la honra de tu pueblo Israel.»

Cuando Ana era joven, estuvo casada durante siete años, pero ahora era viuda y tenía ochenta y cuatro años de edad. Se pasaba noche y día en el templo ayunando, orando y adorando a Dios.

Cuando Simeón terminó de hablar, Ana se acercó y comenzó a alabar a Dios, y a hablar acerca del niño Jesús a todos los que esperaban que Dios liberara a Jerusalén.

Lucas 2 TLA

Recuerdo cuando era chica, el mes de diciembre era el más emocionante por muchos motivos. Comenzaban las vacaciones, y esperábamos que llegara la fiesta de Navidad para esperar súper alegre la fiesta nocturna. Era re lindo juntarme con toda la familia para jugar con primos que hacía mucho tiempo no veía.  Y otra cosa que estaba buenísima eran los regalos. ¡¡¡Qué lindo!!! Esperar el momento justo, la hora indicada después de las 12… Aunque, como te pasa también a vos, no podía esperar a que se haga la hora de recibir el mío.

Esperar un regalo que sabemos que nos van a dar nos pone ansiosos e inquietos… pero ¡Simeón y Ana sí pudieron esperar!

La Biblia nos cuenta que él era anciano y había recibido la promesa que antes que muriera vería a Jesús. Para él era como recibir el mejor regalo de todo el mundo. Estaba tan contento que le agradecía a Dios con todo su corazón por haberlo conocido.

Lo mismo le pasó a Ana que ya era muy anciana pero nunca perdió las esperanzas de ver su sueño de conocer a ese bebé tan especial que se llamaría Hijo de Dios. ¡Imaginen su felicidad! 

Para ellos era el regalo más esperado en toda la vida.

Así estuvieron seguros que iban a pertenecer a la familia de Dios y que también podrían disfrutarlo todo el pueblo.

Por eso Navidad es el cumpleaños más importante del mundo, y en todos lados lo festejan… aunque los regalos los recibimos nosotros.

Jesús muchas veces nos demostró que todo lo que hace es por amor a toda la gente y nos enseña a amar a otros. Por eso hay muchas personas que prefieren regalar en vez de que le regalen. Así dan de su tiempo, su dinero y su amistad con aquellos que no tiene donde vivir o muchas veces no tiene para comer.

Conozco PeKes de tu edad que regalaron sus propios juguetes para otros chicos que no tenían y seguramente habrá muchos más que se interesarán en mostrar el amor de Jesús a otras familias con abrazos, sonrisas y compañía tal como lo haría El.

¿Qué te parece si vos también haces regalos a otros chicos? Por ejemplo, podés elegir algún juguete tuyo que esté bueno, o si tenés algunas golosinas… o algo que se te ocurra, y cuando salís con mamá o papá a la calle lo llevás. Así si ves algún chico o nene que pide ayuda se lo podés regalar, igual Dios nos regala todos los días cosas buenas.

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!