Malo por bueno

«Alguien grita en el desierto: “¡Preparen el camino para el Señor; háganle caminos derechos!”»

Mateo 3:3 (PDT)

Muchas veces vi algunos videos de casamientos donde, antes de entrar la novia llegan unas niñas con un vestido muy bonito y unos niños vestidos con trajes y moños arrojando pétalos de flores por toda la alfombra por la que  después pasan los novios, como si les… prepararan el camino. Ellos van primero y es como que perfuman el lugar con esas flores que arrojan.

Algo parecido paso con Jesús. El nació con un propósito. Tenía una misión muy importante que cumplir y se preparó para eso. ¿Te acordás  que los devocionales anteriores lo mencionamos? Pero eso no fue todo.

¡Hubo alguien especial que le preparó el camino! Se llamaba Juan, era el primo de Jesús.

¡La Biblia nos dice que Juan preparo el camino! Pero no arrojando flores, sino diciendole a la gente que Jesús era el hijo de Dios y que tenían seguirlo. Hablando de lo que Jesús vendría hacer. Muchas personas se acercaban para escucharlo y también les hablaba del arrepentimiento, (que significa: lamentar las cosas que hacemos mal y dejar de hacerlas, intentar no hacerlas más).

A Juan lo conocían como “Juan el Bautista”, porque además de hablar de Jesús y del arrepentimiento, bautizaba a las personas que se arrepentían.  Esto es: sumergirlas en el agua como un símbolo que demostraba que se arrepentían de lo que habían hecho y no era bueno y empezaban a hacer todo mejor.

Algunos que lo escuchaban hablar le preguntaban: ¿Vos sos el hijo de Dios, el Mesías? Pero les explicaba que el sólo les enseñaba sobre Jesús porque le estaba preparando el camino. 

El trabajo de Juan me hizo pensar en las cosas de las que debo arrepentirme y en las que puedo cambiar. ¡Algunas me resultan un poco más fáciles y otras tantas me cuestan un poco más! Pero sé que cuando estoy a punto de hacer algo malo Jesús me ayuda a no hacerlo.

Toodoo lo que nos enseñó nos ayuda.

¡Qué bueno que en todo puedo contar con Jesús! Puedo orar y pedirle a Él que me ayude a cambiar mis ganas de lo malo por lo bueno…