Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y dijo a las olas: «¡Silencio! ¡Cálmense!».
Marcos 4: 39a TLA
Me gusta mucho siempre saber más de Jesús y en la Biblia hay muchísimas historias de Él.
Jesús estaba rodeado siempre de mucha gente, había algunos que querían escucharlo entonces iban donde él estaba, lo seguían por todos lados para poder aprender más.
También tenía un grupo de amigos mas cercanos que con él. ¡Cómo me gustaría escuchar las historias de Lázaro, María y Marta sobre sobre Jesús! Porque lo conocían muy de cerca porque pasaba bastante tiempo en la casa de ellos.
Pero, además, había un grupo de amigos muy muy íntimos, eran sus discípulos, Jesús pasó la mayor parte del tiempo con ellos, estaban juntos todo el día. Desde que se levantaban hasta que se iban a dormir. Caminan juntos, para ir de un pueblo a otro por eso Jesús quiso enseñarles a ellos todo lo que necesitaban saber sobre Dios, para también lo enseñaran a otros.
No solo aprendían de lo que Jesús hablaba, sino también de lo que el hacía.
Un día, Jesús estaba hablando para un numeroso grupo de gente como lo hacia generalmente y estaba muy cansado. Así que, cuando termino de enseñar les dijo a sus discípulos: Busquen un barco y vallamos del otro lado así descansamos un poco.
¡Tan cansado estaba Jesús, que ni bien se subió al barco se quedo dormido por completo! Cuando ya el barco estaba a la mitad del trayecto, el cielo se puso negro, se escuchaban muchos truenos. El viento comenzó a soplar… ¡y las olas eran enormes!
Los discípulos siempre andaban en barco, pero estaban asustadísimos y Jesús dormía tranquilamente, así que fueron corriendo y lo despertaron: ¡¡¡JESUS!!! ¿COMO PODÉS DORMIR CON ESTA TORMENTA? -le preguntaron.
Y Jesús se desperezo, estiro los brazos y les dijo: ¿De que tienen miedo? ¿No recuerdan todo los que les enseñe?
Después miro al cielo y le dijo a la tormenta: ¡CALMA! Y al instante el viento dejo de soplar, las olas se calmaron, las nubes se fueron y los mas importante: Los que estaban con él, sus discípulos tuvieron paz.
Cuando estoy en medio de un problema, no importa lo grande que sea para mí, siempre oro sabiendo que Jesús puede ayudarme a estar tranquila en los exámenes, las noches de miedo, y todo lo que me preocupa como a los discípulos aquella tormenta.