Esta semana me paso algo que me hizo sentir muy mal, le prometí a mi amiga Mary escribir algo y me olvidé, obviamente, ella lo super comprendió y me dijo que no pasaba nada… pero a mí me seguía pesando. Yo se lo había prometido de corazón, y te digo algo más, hasta me dio vergüenza, es re loco, pero es lógico cuando uno promete con amor algo y no lo cumple.
No sé si a vos alguna vez te pasó, pero es re feo sentirse así. Tal vez cuando le prometes a mamá o a papá algo y no podés o te olvidas de cumplirlo, te hace sentir un poquitín mal.
Esto me hizo acordar de la promesa que Jesús les hizo a los discípulos. Él les dijo que siempre estaría con ellos porque los amaba mucho, de hecho compartió una super cena que hasta hoy se conoce.
La podemos leer en el libro de Lucas cap. 22:15 y dice “Entonces les dijo: He tenido muchísimos deseos de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer”.
Los discípulos no entendían esta palabra “padecer”, yo pienso que no la entendían porque Jesús les había prometido que siempre estaría con ellos. Pero Jesús la tenía re clara y sabía lo que iba a pasar y compartió el pan y el vino con sus amigos
¡sí, así los llamo, AMIGOS! Como a vos y a mí.
Somos sus amigos, como aquellos que caminaron a con Él todos los días.
Jesús les hablaba con mucho amor y les enseñaba que no se dejaran engañar por nadie. Les mostró el verdadero amor, ese amor que ama más allá de lo diferente que podemos ser uno de otro, o los diferentes gustos que podamos tener.
Jesús preparo a los discípulos porque ya venía la hora en que se cumplía el plan de Dios. Y como todos sabemos los planes de Dios son perfectos.
A Jesús lo maltrataron mucho, porque no todos creían ni aceptaban ese amor tan puro, entonces se burlaban, lo menospreciaron, y aunque estaba lastimado nadie lo curaba.
Cuando pienso en todo lo que sufrió Jesús por la gente que lo rodeaba y no lo quería lloro mucho, y pienso en hacer cosas lindas para Él.
Después que Jesús murió los discípulos estaban tan triste y solo pensaban en esa promesa que les había hecho: “estaré con ustedes hasta el fin del mundo”.
No lo podían entender, acaso ¿Jesús se olvidó de lo que prometió? ¿No cumplió su promesa? Y ahora… ¿Qué hacemos? ¿Cómo seguimos caminando sin Jesús?
Los discípulos se miraban unos con otros y no sabían que hacer.
Vos, yo y todos sabemos que Jesús siempre cumple sus promesas. Y sí cumplió lo que les prometió… pero eso te lo cuento en el próximo devocional.