Promesas cumplidas

Porque todas las promesas de Dios por Jesús son un  y  Amén

2° Corintios 1:20

Esto es lo que mi hija me dijo ayer: «Mamá, el otro día me dijiste que íbamos a ir a comprar algo al kiosco después de visitar la casa de tu amiga, pero no fuimos. ¡Cuando salimos, al final el kiosco estaba cerrado y no me compraste nada!»

Como madre de dos hijos, estoy segura de que si les preguntan lo que me dicen con frecuencia, seguramente dirán un montón de frases como esta. A veces, sin mala intención, no puedo cumplir mis promesas, ya sea por falta de tiempo, porque llovió y no pudimos, o porque algo falló. Al recordar un poco, también encuentro promesas de otras personas en mi vida que tampoco se cumplieron, no solo cuando era niña, sino también a medida que crecí. Estoy segura de que muchas veces las personas no tenían la intención de mentir, pero al final del día, esa promesa estaba rota.

Hace mucho tiempo que conocí el amor de Dios. Desde que era muy pequeña, mis padres me llevaban a la iglesia y conocí a muchos maestros que me hablaron de Dios.

La Biblia nos ayuda a conocer a Dios; leerla es una forma de saber qué hizo y hace por amor. Nos ayuda a acercarnos y descubrir cada día que nos ama como un Padre poderoso.

Cuanto más conoces sobre el amor de Dios, la pasión con la que te ama y las cosas que es capaz de hacer por amor a ti, más deseas conocerlo.

Lo que más me impacta es que a Dios no le resulta complicado cumplir sus promesas como a mí. ¡Él siempre cumple TODAS sus promesas! ¡TODAS! ¡Y no tarda en hacerlo!

Te invito a que le des gracias por su promesa de amarte SIEMPRE!!!