¿Cuánto cuestan dos gorriones: una moneda de cobre^[a? Sin embargo, ni un solo gorrión puede caer a tierra sin que el Padre lo sepa. En cuanto a ustedes, cada cabello de su cabeza está contado. Así que no tengan miedo; para Dios ustedes son más valiosos que toda una bandada de gorriones.

Mateo 10: 29.31 (NTV)

Julia es la niña más chiquita de la casa. Siempre sentía que todo lo que hacía no era importante. Quizá, porque sus hermanos ya la habían hecho primero, quizá porque sus hermanos más grandes mostraban cosas o trataban temas que Julia entendía más importantes…

Al llegar del colegio mostraba sus cuadernos, sus primeras letras, las cosas ha había logrado hacer muy entusiasmada, pero eran cosas que ya sus hermanos mayores habían alcanzado. Si algún tema le resultaba difícil, si no había podido terminar con alguna tarea en clase y tenía que terminarla en casa; se reían de ella. Le decían: ¡es re fácil! ¡cómo no lo vas a entender?! De esta manera Julia se sentía cada vez más chiquita o mejor dicho: poco importante.

¿Te pasó alguna vez sentirte como Julia? Mirá lo que le pasó…

Una tarde estaba jugando en su patio cuando su tía se acercó y comenzó a charlar con ella. Julia le contó acerca de este sentimiento.

La tía sacó su celular, abrió una aplicación donde tenía la Biblia y juntas leyeron: para Dios ustedes son muy valiosos.

Estas palabras fueron dichas por Jesús a un grupo de personas para que las guarden en su corazón. Además, quedaron escritas para que hoy nosotras las podamos leer, las recordemos y las recordemos, le dijo Noe, la tía.

Cada uno de nosotros es importante para Dios, no pasamos desapercibidos. ¡Para Él son importantes nuestras tareas, las cosas que nos gustan, las cosas que no nos gustan, las cosas que nos hacen falta y las que tenemos! Y por supuesto son muy importantes las cosas que logramos, cuando aprendemos a escribir nuestro nombre, cuando sumamos cuando restamos y también cuando los chicos más grandes hacen cuentas difíciles de dividir. Para Jesús es muy valioso cada vez que lo intentamos, todas las veces que tenemos que practicar y creemos que no nos va a salir.

¡Dios está atento siempre a todo a lo que haces y a todo lo que tengas ganas de contarle!! Podés charlar con Él y eso justamente es orar: hablar con Dios. Él está esperando que le cuentes las cosas que son importantes para vos, las que te ponen re contento que te dan ganas de gritar de alegría. Las que te pusieron triste. Las que te sorprenden. ¡Las cosas que aprendes y las cosas que estás practicando y todavía no te salen también!

¨Podés decir lleno de alegría: ¡Siii Dios me ama y soy importante para Él!