Esta semana disfrutemos en familia hablando del amor de Dios como un ¡Papá genial!
Y aunque esta palabra parezca solo para niños, los grandes al leerla, también podemos sentirnos muy identificados con la historia de Juani… Y al mismo tiempo reconocer cuales son nuestras reacciones ante los líos de los PeKes, y como reaccionamos cuando necesitan aprender y ser comprendidos…
Nosotros, “los adultos”, somos la gran referencia que ellos tienen para identificar como es el amor del Padre.
En el Reino de Dios su amor siempre gana
“Cuando todavía estaba lejos, su padre corrió hacia él lleno de amor, y lo recibió con abrazos y besos”.
Lucas 15:20 TLA
Juani tiene 6 años, y decidió un sábado a la mañana sorprender a sus papás preparando el desayuno y pensó: ¡Qué bueno sería hacer panqueques!
Se levantó de la cama más temprano que ellos, fue a la cocina y buscó el recipiente hondo que usa su mamá y el cucharón, se subió a una silla y abrió así el mueble para poder sacar el paquete de harina… pero se le cayó al suelo parte del paquete.
Igual siguió con su tarea y colocó en el recipiente algo de azúcar, un poco de leche y harina, que al parecer era más de lo necesario. En realidad no sabía bien qué hacer luego, pero en su intento de encender la hornalla eléctrica empujó con el codo la caja de los huevos al suelo.
¡¡Y ahora sí todo era un enchastre!! Las cosas no habían resultado como él lo pensó. Con una servilleta quiso limpiar el suelo, pero cuanto más lo intentaba más era lo que se ensuciaba. ¡Pobre Juani!, su piyama, el piso, el desayuno todo salió mal.
Cuando de pronto vió que su papá lo miraba desde la puerta de la cocina en silencio. Estaba seguro que le esperaba un gran reto… Y las lágrimas empezaron a correr por su carita. Entonces vio que su papá caminó hasta él, lo levantó del suelo, lo abrazó y empezó a limpiarle sus lágrimas. Fue entonces que comprendió cuanto lo amaban y que una equivocación no era más importante que él. Así que juntos terminaron de cocinar ese rico desayuno mientras su papá le ayudo a darse cuenta que “hay cosa que solito no podía hacer… encender la cocina”
Finalmente ese fue un gran desayuno para toda la familia
¡Así es nuestro Dios! Como un Papá dispuesto a ayudarnos. ¡Nuestro Padre del cielo nos trata con mucho amor! Y aunque es un Rey poderoso, también quiere compartir todo con nosotros.
Tratamos muchas veces de hacer las cosas bien, y en ocasiones nos equivocamos, decidimos mal o no le hacemos caso. Pero es ahí cuando los brazos de nuestro Papá del cielo nos abrazan, y aunque son invisibles se sienten dentro del corazón dándonos paz, entonces sentimos su perdón y comienza a limpiar cada una de nuestras lágrimas. Ahora les proponemos recordar juntos con el siguiente video, el amor del Señor con este salmo dibujado… Después cada uno le puede dar un gran abrazo a otro para sentir muy cerquita como es el abrazo de Dios.